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Estación esperanza



VLADIMIR PARRA BARRAGÁN

Estrés hídrico y crisis climática


Martes 16 de Agosto de 2022 7:32 am


Si me ves, llora.

Piedra del hambre, Alemania.


HECHOS recientes a nivel mundial demuestran que el estrés hídrico es un problema presente al que tendremos que hacer frente a través de esfuerzos conjuntos, participación colectiva, políticas públicas consecuentes y estrategias integrales para la resiliencia y restauración de nuestros ecosistemas.

En Europa ya se siente la gravedad de la situación ligada al estrés hídrico y la crisis climática. El Observatorio Europeo de la sequía ha señalado que 47 por ciento del territorio del continente está en peligro de sequía, y 17 por ciento en condiciones de alerta grave. Es tal el problema, que en primavera llovió 20 por ciento menos, y las olas de calor son más constantes, llegando hasta 40º C en diversas épocas del año.

Existen además afectaciones directas, como en el caso de la agricultura, pero también indirectas, como el caso de los ríos. En Italia, por ejemplo, la producción agrícola en la cuenca del Po ha decaído: 50 por ciento en el maíz, 30 por ciento en el trigo y de 30 a 100 por ciento en el arroz. Asimismo, el río Rin en Alemania ha presentado una disminución en su profundidad, ocasionando un cuello de botella en el que los barcos que solían transportar 6 mil toneladas, se han visto forzados a solo llevar 800, lo que ha provocado un aumento en los precios y en los tiempos de transportación de mercancías. 

Para aumentar el dramatismo, la disminución de las profundidades de los ríos Rin y Elba han dejado al descubierto advertencias ancestrales grabadas en las piedras. Estas son conocidas como “Hungersteine” (piedras del hambre) que presentan marcas del nivel que ha alcanzado el agua durante las sequías históricas en décadas o siglos pasados. Estas han mostrado importantes advertencias como: “Si me ves, llora”, “Quien me vio, lloró. El que me vea, llorará”, “La vida volverá a florecer una vez que esta piedra desaparezca”, inscripciones que anticipan malas cosechas, escasez de alimentos, aumento de los precios y hambruna.

En Colima no hemos llegado a una situación tan alarmante, sin embargo, ese futuro es una posibilidad latente que nos urge a tomar cartas en el asunto. Es por ello que hemos buscado implementar el uso de medidor, impulsar la cultura del agua y el cuidado de la misma, a la vez de que bajo el enfoque de la 4T se antepone el bien común antes que el interés comercial. Falta mucho por hacer para garantizar el abasto y el derecho humano al agua, pero hoy más que nunca el tema se aborda con seriedad, con un enfoque integral y buscando el bienestar de todas y todos.