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Razones



JORGE FERNÁNDEZ MENÉNDEZ

En sentido contrario a la realidad


Jueves 18 de Agosto de 2022 7:56 am


LA posición del Gobierno Federal sobre los muy graves disturbios de la semana pasada en Jalisco, Guanajuato, Chihuahua, Baja California y Michoacán, incluyendo la desafortunadísima intervención de ayer de Liz Vilchis, recuerda un viejo chiste: aquel en que un conductor escucha en la radio, mientras conduce a toda velocidad por el Periférico, que un automóvil transita en sentido contrario por esa vialidad y el conductor exclama: uno no, son miles. Que medios y periodistas de distintas posiciones y concepciones observen lo mismo no le hace revisar al gobierno sus ideas preconcebidas: los lleva a inventar una conspiración. 

La explicación que muchos dan a esta respuesta tan alejada de la realidad, responsabilizando a los medios de crear un clima de terror que en realidad crean los criminales abusando de la impunidad con que muchas veces actúan, es que mientras el Presidente conserve sus niveles de popularidad no aceptará una crítica en ningún tema y que no se moverá de sus posiciones, aunque la realidad indique la exigencia de hacerlo.

Vamos a una fuente oficial, la encuesta de seguridad del Inegi, dada a conocer en julio y que analiza el segundo trimestre del año, de abril a junio pasado. Resulta que, al contrario de la popularidad presidencial, cuando hablamos de la seguridad, el 67.4 por ciento de las personas se sienten inseguras, ese índice crece hasta un alarmante 72.9 por ciento cuando se trata de mujeres, o sea que siete de cada diez mujeres no se sienten seguras en el país. Cuando esa pregunta se lleva a ciertas ciudades, los índices alcanzan porcentajes inmanejables: el 97.2 por ciento de los habitantes de Fresnillo, Zacatecas, se sienten inseguros, el 83 por ciento en Tijuana, el 85 por ciento en Guadalajara, y estamos hablando de ciudades importantes, imaginemos cómo se vive la inseguridad en las áreas marginales o las rurales que están bajo control criminal.

Hay un punto adicional muy preocupante: el de la confianza en las instituciones. Poner a militares, marinos y guardias nacionales a desmentir y minimizar los hechos ocurridos la semana pasada terminará afectando los altos índices de confianza que aún tienen esas instituciones, que están por encima de la propia popularidad presidencial. Pero ya hemos visto que la realidad parece ir en sentido contrario de las percepciones, por lo menos las de Palacio Nacional.