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Indicador político



CARLOS RAMÍREZ

Estrategia 2018


Viernes 09 de Septiembre de 2022 7:33 am


EL enemigo de la democracia mexicana no es la corrupción, ni la oposición, ni el populismo, ni la crisis económica, sino el crimen organizado y la delincuencia desorganizada. Las bandas delictivas están ya posicionándose en la estructura productiva y de gobierno, afectando los mecanismos legales del bienestar social y desplazando al Estado nacional.

Con la derrota priista en el año 2000, se rompieron los acuerdos de control político legal e ilegal con los grupos de la disidencia política y de seguridad, y la autoridad del Estado tuvo que asumir los paradigmas de las dos seguridades básicas de la República: la interior y la nacional, porque eran piezas clave de la soberanía del Estado.

El presidente López Obrador tuvo un enfoque audaz en 2018 al definir su Estrategia nacional de seguridad pública (ENSP) porque se basó en las doctrinas de defensa nacional, de seguridad nacional y de seguridad interior. El elemento cohesionador de la propuesta del nuevo gobierno se basó en la consolidación de la doctrina de seguridad interior que existe en México desde la Constitución de Cádiz de 1812, pero que no ha sido reglamentada hasta la fecha.

La doctrina de seguridad interior constituye el eje de la estabilidad del Estado en el cumplimiento de sus tres compromisos de existencia: democracia, seguridad y bienestar. 

La ENSP de López Obrador, aprobada por el Senado, interrelacionó dos instrumentos y un objetivo: seguridad pública y seguridad nacional para la paz social. Y ahí en el punto 8 de la estrategia, el presidente López Obrador asumió, entre otros, cinco compromisos hoy incumplidos:

Un programa para la seguridad nacional; Un Sistema Nacional de Inteligencia; Fortalecer y mantener la seguridad interior del país; Promover el concepto de cultura de seguridad nacional; y mejorar las capacidades… en seguridad interior.

La estrategia de seguridad definía, en los hechos, un Estado de seguridad nacional y de seguridad interior ante el avance del crimen organizado ya no solo como tráfico de drogas, sino en la captura de espacios territoriales e institucionales del Estado.

La clave de la estrategia de seguridad pública del Presidente estuvo en la conceptualización del Estado con funciones de seguridad nacional y de seguridad interior como parte de las tareas de seguridad de la sociedad.

En este contexto, la prisión preventiva oficiosa, la extensión de la temporalidad de las Fuerzas Armadas en tareas de apoyo a la seguridad pública y la consolidación de la Guardia Nacional como un cuerpo civil de seguridad controlado por la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana y tutelado por el Ejército y la Secretaría de la Defensa Nacional requieren de un nuevo marco jurídico específico que se ha venido posponiendo: la reglamentación legal de la seguridad interior como una tarea del Estado frente al reconocimiento del crimen organizado como un poder cuasimilitar que quiere sustituir a la estructura legal del Estado.

La reactivación urgente de la ENSP aprobada por el Senado acomodaría las piezas políticas, legales y constitucionales de la nueva fase del Estado mexicano: la del Estado de seguridad interior como garantía del Estado de derecho, la gobernabilidad democrática, el orden constitucional y el desarrollo social.

Política para dummies: La política siempre es el “se los dije”.