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Camino a la pobreza extrema



ROSA EVELIA VILLARRUEL FIGUEROA


Martes 13 de Septiembre de 2022 8:29 am


CIERTO que nuestro estado no es el único que está marchando a pasos acelerados hacia la pauperización, debido al alto costo de la vida y las bajas o nulas oportunidades de empleo, pero si es de extrañarnos esta situación dada la referencia no muy lejana de haber vivido en un estado con altas posibilidades de una vida mucho más digna que en la que estamos inmersos hoy en día.

Antaño era costumbre que cada año  había un aumento en la canasta básica, que si bien no a la par, también se incrementaban los salarios y la brecha en la pérdida del poder adquisitivo no era tan profunda. Las familias gozaban de sus tres comidas, aunado a la calidad de los productos.

¿Por qué se ha recrudecido la pobreza? Los factores son variados, uno muy importante es la  ausencia de un control de precios y la libre competencia que a quienes más perjudica es al último eslabón de la cadena, que somos los consumidores. Esto ha sido de siempre, sin embargo, en los últimos tiempos el abuso ha sido desmedido y se resiente más por el alto índice de desempleo y la inseguridad en la permanencia de los mismos.

Ahora les exigen a las y los jóvenes hasta doctorado para poder acceder a un empleo mal pagado y que en nada se relaciona con sus capacidades adquiridas en las universidades, pero siendo la necesidad grande, los aceptan, en contraparte, observamos a funcionarias o funcionarios que sin grandes estudios y menos perfiles adecuados ostentan sus encargos, y eso sí, con altos sueldos y prestaciones.

Esta, entre otras desigualdades, nos está arrastrando a los habitantes de este país y del estado a una pobreza extrema, que es bien sabido que la consecuencia inmediata es el incremento de la delincuencia, pues no todos los que roban lo hacen por pertenecer a un cártel, también los hay quienes no tienen para llevarle de comer a su familia.

Las esquinas de la ciudad ahora están saturadas de personas vendiendo de todo, pidiendo limosna, limpiando parabrisas o haciendo malabares para llevar un poco de dinero al hogar. ¿Y las autoridades? Impermeabilizadas del dolor ajeno; prefieren quitar una lona denunciando la desaparición de un compañero de trabajo, “por no querer escándalos”, que exigir que las autoridades correspondientes hagan bien su trabajo.

El camino hacia la pobreza extrema no hay que construirlo, ya estamos en él; y así como con la inseguridad, los ciudadanos estamos a la deriva y en total indefensión. No se vislumbra que el gobierno haga algo por paliarlo, aquí en el estado, queda entonces que, la solidaridad y empatía entre la población, hay que practicarla y ejercerla con más frecuencia.