Cargando



Razones



JORGE FERNÁNDEZ MENÉNDEZ

Militares y seguridad


Miércoles 21 de Septiembre de 2022 7:56 am


CON el presidente Vicente Fox se desarrollaron la Agencia Federal de Investigaciones y la Policía Federal Preventiva, como parte de una Secretaría de Seguridad por primera vez autónoma. La AFI, encabezada por Genaro García Luna, y la PFP, por el ahora fiscal Alejandro Gertz Manero. 

Cuando asumió Felipe Calderón, la Preventiva se convirtió en sólo Policía Federal bajo el mando de García Luna, que llevó consigo al equipo que tenía en la AFI. Se dijo que la PF asumiría muchas de las tareas de investigación, pero lo cierto es que la PGR, encabezada entonces por Eduardo Medina Mora, se quedó con un brazo operativo muy débil, y el Congreso no le dio a la Policía Federal los atributos y responsabilidades que demandaba el ejecutivo.

Al llegar Peña Nieto se regresó, a medias, al esquema que existía en el gobierno de Zedillo: las áreas policiales y de seguridad regresaron a la Secretaría de Gobernación, pero sin la autonomía y autarquía, incluso financiera, que tuvieron con el presidente Zedillo. 

Durante la campaña electoral de 2018, la insistencia de Morena y del entonces candidato López Obrador en retirar a las Fuerzas Armadas de las tareas de seguridad pública llevó a que la Ley de seguridad interior que se había aprobado en 2017, y que regulaba la intervención militar en temas de seguridad pública, fuera declarada inconstitucional por la Corte a unos días del cambio de administración. 

En cuanto asumió el cargo, el presidente López Obrador volvió a resucitar la Secretaría de Seguridad y decidió acabar de un golpe con la Policía Federal y crear la Guardia Nacional, bajo mando militar, aunque en las negociaciones en el Congreso quedó como civil. 

La propuesta que presentó el PRI resultó un complemento para esa reforma legal de la GN: ampliar la presencia militar en seguridad pública de marzo de 2024 hasta 2028 y darle forma constitucional. 

La votación que se dará hoy en el senado no parte de las exigencias de seguridad pública, ni siquiera de las convicciones ideológicas, sino de los juegos internos de poder dentro de los partidos, con la vista puesta en 2023 y 2024.

La pregunta es cómo podemos garantizar la seguridad si cada 6 años, y a veces en menos, se cambia de estrategias, perspectivas, incluso instituciones. No imagino nuestro país en marzo de 2024 sin fuerzas militares apoyando en la seguridad pública, o con una Guardia Nacional formada por militares. Sería un cascarón. Sé que no es lo ideal, pero la política es el arte de lo posible. Y a partir de lo que hay, es desde donde se tendría que empezar a construir, no para 1 o 2 años, sino para el futuro.