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Tribuna ciudadana



HÉCTOR MAGAÑA LARA

La militarización


Viernes 23 de Septiembre de 2022 7:39 am


PARA poder hacer un análisis más profundo respecto a la iniciativa que recién se aprobó en la Cámara de Diputados de incorporar a la Guardia Nacional (GN) al Ejército, es necesario que tomemos en cuenta varias vertientes que involucran esta decisión.

En primer lugar debemos tomar en cuenta que esta decisión se contrapone a la Constitución, con la que fue erigida la GN hace escasos 3 años, en la que se estipula su naturaleza civil.

Esto significa que la GN tiene el carácter de pertenecer a la Secretaría de Seguridad Pública y Protección Ciudadana como herramienta para establecer las tareas de seguridad pública, profesionalización policial, del sistema penitenciario, apoyo en zonas violentas, inteligencia y protección civil, todo esto en el marco de la administración pública federal.

Durante la existencia de la GN se han destinado recursos públicos que llegan a los 112 MMDP anuales, una cifra equiparable al gasto anual de la Sedena, y 70 por ciento más del gasto que se destina a la Semar. 

Estas cifras se vuelven abismalmente desproporcionales si lo comparamos con los recursos federales FASP y Subsemun que se destinan a la seguridad pública para los 32 estados y 2 mil 446 municipios del país que para este año apenas llega a los 8 mmdp, una diferencia de 271 por ciento; de ahí entonces que los Gobernadores junto con los Alcaldes del país se encuentren en la imperiosa necesidad de recurrir al apoyo federal tanto del Ejército como de la GN al encontrarse en total indefensión presupuestal, administrativa y profesional de sus policías locales para poder contener los problemas de inseguridad que enfrentan dadas las condiciones particulares de cada región.

Así que ante el contexto de la violencia y la criminalidad con que se vive en nuestro país, la GN y el Ejército se vuelven una opción atractiva para mitigar políticamente la fallida estrategia de seguridad de este Gobierno Federal, sin embargo, es urgente diseñar un esquema que, en el mediano plazo, permita fortalecer las corporaciones civiles de seguridad de tal forma que se prescinda de la intervención de las Fuerzas Armadas en dichas tareas.

Como dato adicional, la militarización como se está planteando ahora en México solo pasa en Colombia, Arabia Saudita, Corea del Norte, Tailandia, Yemen, Angola, Nicaragua, Camboya , Kazajstan, Eritrea, Irán, Vietnam, Chad o Siria.


*Diputado y Coordinador de la fracción del PRI en el Congreso Local