Cargando



Que impere la sensatez



SERGIO JIMÉNEZ BOJADO


Jueves 29 de Septiembre de 2022 7:56 am


EN la Cámara de Senadores, después de un acalorado debate, regresó a comisiones la minuta o dictamen sobre la iniciativa presidencial que propone la ampliación del periodo para que las Fuerzas Armadas: Marina, Ejército, Fuerza Aérea y la Guardia Nacional, continúen efectuando hasta 2028 labores de cuidado a la ciudadanía en materia de seguridad pública, actividad que podrán desarrollar sin problema alguno hasta el mes de marzo de 2024, fecha en que concluye el término de 5 años otorgado por la ley de seguridad reformada en 2019.

Es necesario profundizar en el objetivo superior que persigue esta propuesta del Ejecutivo, que no es otro que brindar la paz y tranquilidad que la sociedad merece, respetando el marco jurídico, y no como lo hicieron desde Zedillo hasta Peña Nieto, que les importó un comino violar la Constitución, sacando a los soldados a la calle sin ningún decreto o soporte legal, pero ¡ah, no!, ahora ponen el grito en el cielo porque se quiere mejorar y eficientar la política de seguridad ampliando el periodo hasta 2028, para que todas las fuerzas castrenses sigan apoyando el combate al crimen organizado.

Lo anterior armoniza con los fundamentos primigenios del Estado, que entre otros fines se instituye para garantizar el bienestar del pueblo, sin embargo, los mismos de siempre, los adversarios jurados de la 4T,  intentan tergiversar la realidad, cuando cualquier persona en su sano juicio comprende y logra entender que una de las necesidades más sentidas   que hoy tiene el país es la urgencia de contar con elementos confiables como ahora lo son las Fuerzas Armadas y la Guardia Nacional, que cuentan con la más alta aprobación de la ciudadanía, esto sin descuidar el factor más importante en esta Cuarta Transformación, que es combatir el origen, las causas que han prohijado el fenómeno de descomposición social que tiene su explicación en la enorme desigualdad social que heredamos de los malos gobiernos, la falta de oportunidades y de suficientes espacios de trabajo para los jóvenes, lo que engendra este flagelo que tanto ha dañado el tejido social, ojalá recapaciten e impere la sensatez. 


*Director general del Instituto Colimense del Deporte