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La crisis de Morena



FERNANDA SALAZAR


Miércoles 23 de Noviembre de 2022 8:25 am


MÉXICO está viviendo una crisis democrática, que si bien no ha sido provocada en 1 ó 2 años, se encuentra en una etapa muy frágil y sensible para cambios estructurales que pueden y reflejan un riesgo para el relativamente nuevo modelo de participación ciudadana.

La relación ciudadanía-democracia se ha visto comprometida por la velocidad de la evolución de las sociedades, pues cada vez nos hemos vuelto más independientes, desinteresados de la actividad gubernamental, y más desconfiados de los resultados que el sector político nos puede ofrecer.

Pareciera que como ciudadanos creemos que la política no nos es necesaria, o incluso podemos vivir mejor sin ella, que aunque quisiéramos darle la razón al elector, a esto se le llama negación.

En un modelo de gobierno democrático como el que tenemos en México, es fundamental contar con esta relación, pues le da razón de ser y existencia, y hoy se ve comprometida con el proyecto de Reforma Electoral del Presidente del país.

Ciertamente son muchos los factores que ponen en riesgo a una democracia: los electores, los elegidos, las nuevas tecnologías y la polarización (falta de razonamiento e interés en actividades políticas y de gobierno).

Uno de los grandes errores que hemos cometido en nuestra democracia ha sido convertir a los personajes políticos en héroes y villanos, y de esta manera, ponerlos en contra; generando una percepción poco flexible para identificar entre personas (candidatos) y logotipos partidistas, como ejemplo, Morena contra un PAN o un PRI, y viceversa. 

Pero aquí el tema es, en México, una persona, un individuo, siendo este el Presidente, quien ha creado una relación toxica “héroe-villano” entre dos campos semánticos que no coinciden. Él como un “Mesías” que viene a solucionar los problemas de México, contra dos partidos políticos, aislándolos de los perfiles e individuos que forman parte de ellos.

Es cierto, Morena es él, ningún otro perfil destaca o genera un contraste u equilibrio dentro de su movimiento. Es él. 

Mientras que en el PAN y PRI ofrecemos una cantidad de individuos (buenos y malos), que posiciona a varios a la vez, sin embargo, también ante la polarización perdemos la atención social entre tantos candidatos y perfiles, pero en una democracia no podemos negarle opciones a la ciudadanía.

Esa es la lógica de la democracia, tener la libertad como ciudadano de elegir quien nos represente y hoy, el presidente Andrés Manuel López Obrador lo pone en riesgo con sus mayorías intolerantes en los distintos poderes.

Nos ha demostrado la fragilidad de nuestra democracia con los abusos y votaciones sin análisis de sus legisladores y senadores para brincarse la Constitución de México. 

“Las democracias mueren en manos de personas con armas, que abusan de su poder e intimidan a la sociedad”. Que reflexión tan importante y cierta, textualmente, Morena le dio armas al poder con la pasada votación a favor de la militarización en el Congreso de la Unión, el Senado y los Congresos locales. 

Como oposición, hoy vivimos otra lucha, por nuestra democracia, por la libre participación, por la existencia de equilibrios en los poderes de decisión. Hoy, de la mano de la ciudadanía que marchó por sus organismos electorales y así por sus Derechos Humanos y políticos, la reforma electoral del Presidente y de Morena no va.


*Diputada local