Deja de ser esclavo de las expectativas

RUTH HOLTZ*
Sábado 10 de Diciembre de 2022 8:47 am
MUCHA gente se desvive cumpliendo las expectativas de alguien más.
Una gran parte del sufrimiento que presentan las personas que consultan en
psicoterapia es el de “haber fallado a las expectativas de alguien o de sí
mismos”. Y es que las relaciones con los demás tienen mucho peso en la
autoestima y la percepción que uno tiene de sí mismo. Muchos individuos se
miden en función de responder a lo que sus seres queridos esperan de ellos.
Esto es muy estresante y puede generar muchos conflictos dentro de la persona.
“Si no damos el ancho” a lo que otro espera podría romperse el vínculo,
cuestionarse el lugar que ocupamos para alguien o podríamos ser acusados de no
cumplir con lo que ofrecimos en algún momento. Frustración es lo que sienten
los que no alcanzan a satisfacer las expectativas de los demás, y estos pueden
sentirse decepcionados porque no correspondimos a lo que esperaban. El amor es
un asunto complejo que muchas veces involucra compromisos: “lo que se espera de
alguien”. En la psicoterapia
Gestalt es famosa la oración de Perls como antídoto de la esclavitud que
podemos llegar a desarrollar en torno de lo que se espera de nosotros, de esas
expectativas. Pues ciertamente nos pueden atrapar hasta acabar con nuestro ser
auténtico. La oración dice así en una versión resumida: “Yo soy yo, tú eres tú.
Yo no nací para cumplir tus expectativas. Tú no naciste para cumplir las mías.
Si coincidimos que bueno y si no, ni modo”. Si bien podemos considerarla
drástica, pues es inevitable esperar algo de alguien o al menos comprometernos
en algún sentido, nunca debe ser anulando el ser auténtico del otro ni volverlo
un esclavo de cumplir todos nuestros caprichos sólo porque nos ama, u
obligarnos a cumplir todo lo que espera aquella persona que amamos. Y no sólo se trata de
pareja. Muchas veces vivimos cumpliendo las expectativas de nuestros padres, de
aquellas personas que idealizamos o que nos han idealizado. Queremos cumplir
con ese ideal que ponderan. Pero nuestra vida es más amplia, nuestro camino es
personal y no podemos comprometer lo que verdaderamente somos y sujetarnos al
deseo del otro sin anularnos, cosificarnos o sufrir. Por eso debemos
reconsiderar nuestras expectativas en psicoterapia, establecer nuestras prioridades
y nunca atentar con el don más grande: ser gozosamente libres, primeramente
realizando nuestros propios deseos. Si sufres por las expectativas que se tiene
sobre ti, asiste a psicoterapia, pues no naciste para ser esclavo de nadie. *Psicoterapeuta. 312 330 72 54 / 312 154
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