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Liberalismo asociado a luz



JESÚS ADÍN VALENCIA


Sábado 21 de Enero de 2023 9:01 am


DE acuerdo con su definición filosófica por excelencia, el liberalismo “es una doctrina que asume la defensa y la realización de la libertad en el campo político […] dividida en dos fases: 1) la fase del siglo XVIII, caracterizada por el individualismo; 2) la fase del siglo XIX, caracterizada en el estatalismo” (Nicola Abbagnano, Diccionario de Filosofía [1961], p. 741).

Entran en juego varios ismos continuos, el iusnaturalismo, que estriba en el reconocimiento de los Derechos Humanos, el contractualismo, donde la sociedad y el estado actúan en común acuerdo colectivo. Rousseau habló de un contrato social en 1792, y el liberalismo económico, para limitar la intervención de Leviatán, a fin de dar cabida a un curso natural, alejado del absolutismo, con la respectiva división de poderes, y contrarrestar la enorme superioridad de ese demonio descrito por Hobbes, contra el individuo, observándose de nuevo al absolutismo como opositor de la libertad.

La mayor fuerza absolutista: la monarquía, los actos humanos por designio de Dios = luz, como dice, por citar sólo una fuente bíblica, la epístola de san Juan. Desde los orígenes espirituales de tradiciones antiguas, la luz es deidad, esencia de las cosas corpóreas, parte de una dualidad originada por la propia esencia, donde ninguna prevalece sobre la otra; para los estoicos y San Agustín, hay una luz que ilumina las mentes, luz de la verdad, una deidad única, que para otro sector pensante, y es válido, Luz o Lumen es una ideología, en todo caso, creyentes o no, habrá luz que viene de otro lado, o de lo alto, a influir sobre las mentes humanas y guiarlas, para salvarlas.

DOS CAMINOS

Sí o no, puesto que uno está dentro o está fuera, nada es “a medios chiles”, nada a medias tintas, debe tomarse partido, a favor del bien o del mal, no hay tal Abraxas, se sale del cascarón cósmico sea cual sea la concepción, apreciación y determinación de una u otra estimación moral; la luz-oscuridad, Dios-el diablo; izquierda-derecha.

Hay una premisa bíblica: Dios vomita a los tibios. El Plan de Ayutla fue tajante, así lo enseña el libro de texto gratuito de Historia de quinto de primaria: “Todo el que se opusiera al Plan sería tratado como enemigo de la independencia nacional” (p. 52). Hay tanto contexto en la dualidad luz-oscuridad, libertad-opresión, conservadores-liberales, es discurso de nuestros días.

Sin intermediaciones que permitan lo no binario, imperan dos monosílabos: sí o no. Bien lo dijo Octavio Paz: “La libertad no es una filosofía y ni siquiera es una idea: es un movimiento de la conciencia que nos lleva, en ciertos momentos, a pronunciar dos monosílabos: sí o no. En su brevedad instantánea como a la luz del relámpago, se dibuja el signo contradictorio de la naturaleza humana” (La otra voz. Poesía y fin de siglo [1990]).