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Razones



JORGE FERNÁNDEZ MENÉNDEZ

EUA-México: presiones y realidades


Viernes 10 de Febrero de 2023 2:50 pm


En recuerdo de Néstor Ojeda, un buen amigo y 

periodista que se fue muy prematuramente.


NO es un tema menor que 21 fiscales de estados gobernados por los republicanos en la Unión Americana hayan demandado al gobierno de Joe Biden que declarara terroristas a las organizaciones del crimen organizado en México. Tampoco que ello haya sido en respuesta a la intervención del propio Biden en el discurso sobre el estado de la Unión, donde le dedicó espacio a la crisis del fentanilo y al combate a los cárteles de la droga. 

Ya durante ese informe de gobierno los republicanos habían criticado a Biden diciendo que la crisis es consecuencia de sus políticas laxas en la frontera con la migración y con el crimen organizado. Un día después fue la reacción de los fiscales estatales.

Declarar a los cárteles como organizaciones terroristas no se trata de semántica. Según las leyes estadounidenses, si una organización es declarada terrorista por la Casa Blanca, el gobierno de ese país se puede adjudicar el derecho de intervenir en cualquier lugar del mundo contra ellos. Esa ya fue la intención de Donald Trump, de atacar con drones o militarmente los laboratorios de fentanilo y metanfetaminas mexicanos en plena crisis de opiáceos. No cabe duda que México, el fentanilo y la migración serán temas centrales de la campaña electoral de 2024 en Estados Unidos, una campaña que ya ha comenzado. 

En torno a la frontera y la seguridad, la migración y el tráfico de fentanilo se están jugando muchas cartas entre México y Estados Unidos, algunas que conocemos y otras que parecen ser negociaciones o forcejeos secretos. Y en eso no sólo participan los gobiernos, sino también distintos personajes y factores de poder a ambos lados de la frontera. 

¿Qué pasaría si, por ejemplo, fueran atacados laboratorios de los cárteles de la droga en territorio mexicano, o si hubiera alguna operación para detener o aniquilar a algún introductor importante de fentanilo, siguiendo las leyes de seguridad nacional estadounidenses aprobadas después de los atentados del 11-S? No veo esa posibilidad como algo tangible en el corto plazo, pero no es descabellado. 

Tampoco es casualidad que en ese contexto se estén dando otro tipo de golpes contra el crimen organizado, como la captura ayer de José Guadalupe Tapia Quintero, el Lupe Tapia, un muy conocido narcotraficante y uno de los principales operadores logísticos de El Mayo Zambada. Un golpe que para los grupos de El Mayo y del cártel de Sinaloa puede ser más significativo que el de Ovidio Guzmán. 

El Lupe Tapia, un narcotraficante de vieja escuela, muy cercano al Mayo, ya había sido consignado como un objetivo prioritario del gobierno estadounidense desde 2013, y está considerado uno de los mayores introductores de cocaína, metanfetaminas y fentanilo a Estados Unidos, con fuertes contactos en Centro y Sudamérica. 

La estrategia de seguridad ha cambiado más allá de cualquier discurso, porque es una exigencia de la realidad y porque la política de no golpear cabezas de los cárteles no tenía viabilidad. 

Y lo otro que no es tampoco menor es comprender, como hemos insistido en estos días de juicio a García Luna en Nueva York, que querer utilizar ese proceso cuando está tan mal sustanciado, para la agenda política interna, lo único que provocará será que esos mismos argumentos, en una etapa de fuerte presión sobre México, se utilizarán también en contra de quien gobierne, ahora o en el futuro. Y en eso, de este lado de la frontera, no gana nadie.