La palabra del domingo

ÓSCAR LLAMAS SÁNCHEZ
“¿Presentar la otra mejilla?” ( Mt 5, 38-48)
Domingo 19 de Febrero de 2023 3:01 pm
EL apóstol Mateo en el evangelio de este domingo nos presenta un pasaje que no ha sido completamente comprendido y que siempre se ha prestado a confusión: es el de la idea de presentar la otra mejilla. Muchas veces nos han llamado tontos y dejados a los cristianos porque dizque presentar la otra mejilla cuando nos agreden, y dicen que la religión cristiana es opio del pueblo porque dicen que enseña que debemos dejarnos golpear, explotar y que nos tomen el pelo sin defendernos, ni protestar. Pero esto no es verdad. Es cierto que Jesús lo dice, pero hay que fijarse muy bien cómo lo dice y en qué momento lo dice, este pasaje lo presenta Jesús en medio de un gran discurso acerca de la nueva Ley de Dios. Tanto en el domingo pasado como en éste hemos visto cómo Jesús arroja una luz totalmente diferente sobre la antigua Ley; Jesús trae una interpretación nueva basada en el amor, Él dice que hay que cumplir la Ley de Dios por amor y no por obligación, como le hacían los judíos. Volviendo al asunto de poner la otra mejilla. Hay gente que lee este evangelio y lo toma literalmente, o sea, al pie de la letra, como si de veras Jesús nos pidiera que debamos dejarnos golpear como si fuéramos tontos, o que dejemos que los demás nos hagan lo que quieran sin defendernos. Eso sería contrario al amor. Jesús nunca nos pediría que seamos mensos ni que dejemos que cualquiera abuse de nosotros, sino que se refiere a otra cosa completamente distinta, se trata de lo contrario a la actitud de venganza, cuando suframos una agresión no debemos responder con la idea de “ojo por ojo” y “diente por diente”, sino con una respuesta de amor, pero no un amor pasivo y zonzo, sino un amor activo, que busca el bien de todos y el propio, que sabe defenderse y también perdonar. Poner la otra mejilla significa darle otra oportunidad de recapacitar al que nos ofenda, al que nos golpee o nos haga algo malo, es decir, no que jugar y condenar a las personas a la primera que nos hagan, hay que darles otra oportunidad de cambiar, de mejorarse. Cuando alguien nos agreda, en lugar de vengarnos, en lugar de regresársela, debemos tratar de que comprenda que ha hecho mal, en lugar de regresarle el golpe, tratar de que no golpee otra vez. Defenderse y protestar pacíficamente es una manera de prestar la otra mejilla. Luchar generosamente contra la injusticia y el abuso es otra manera de presentar la otra mejilla. Lo que Jesús nos muestra aquí es el único camino que hay para romper la espiral de la violencia, para escapar del terrible círculo vicioso del “ojo por ojo y diente por diente”, el cual una vez que se inicia ya no se frena, y que al final solamente produce odio, rencor y muerte (es un engaño justificar la venganza diciendo: “pa’que aprenda” o pa’ que se le quite”, porque con violencia, ni aprende uno, ni se le quita a uno nada). El único remedio contra el sentimiento de venganza: la generosidad para perdonar, para no condenar al que arremete, generosidad para darle una oportunidad de ser mejor. Lo que Jesús nos pide es que perdonemos a los que nos ofenden, así como nuestro Padre perdona nuestras ofensas. Perdonar es algo maravilloso porque es lo que nos hace grandes y nos hace grandes porque nos hace semejantes a Dios. Amigo@: Perdonar, ser generoso con el perdón, esto es a lo que se refiere Jesús cuando dice “Sean perfectos, como su Padre celestial es perfecto”. Perfectos en perdonar (¿Quién puede ser perfecto como Dios en algo más? ¡Nadie!). Perdonar es lo más grande pero no es fácil de hacerlo, nada fácil. Perdonar cuesta mucho trabajo y puede llevar mucho tiempo, quizá años, pero el chiste está en intentar ser perfectos en perdonar todo el tiempo.