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Indicador político



CARLOS RAMÍREZ

AMLO desfondó al PRI


Miércoles 31 de Mayo de 2023 10:31 am


LA lectura de las encuestas en Estado de México debería tener una minuciosidad estratégica: el PRI perdió el voto de los campesinos, el PAN ya no garantizó el apoyo electoral de la clase militante del corredor azul y el PRD no supo retener a los sectores de activistas que movilizó la rebelión de Cuauhtémoc Cárdenas. 

Un poco por el trabajo de penetración de Morena, capitalizando descontentos y otro poco por la dinámica social, las encuestas han mostrado que los electores del PRI, el PAN y el PRD replantearon sus alianzas con los programas asistencialistas y el discurso del presidente López Obrador. 

Con respiración artificial, el PRI ha vendido la idea de que la plaza Edomex le sigue perteneciendo al llamado Grupo Atlacomulco que hoy no es más que una élite de políticos desanimados y sin ánimo o fuerza personal para salir a enfrentar una nueva correlación de fuerzas sociales en la entidad que está empezando a desprenderse del lastre que representa la vieja política desarrollada por Carlos Hank González. 

El Grupo Atlacomulco se trataba de un reparto ambicioso de plazas de poder entre los jefes de grupos y los exgobernadores, bajo el argumento de que cualquier disidencia beneficiaría a la oposición. Sin embargo, el secreto del Grupo Atlacomulco estuvo en inexistencia histórica de una oposición de masas y del control del presupuesto para la compra priista de lealtades. 

Al interior del Grupo Atlacomulco hubo una especie de compromiso formal en grado de mística de una administración gerencial del poder, pero explotando los liderazgos políticos con coordinaciones sociales, sin que la oposición aportara relevos o razones para su debilitamiento. 

El gobernador Enrique Peña Nieto careció de sensibilidad para entender la lógica histórica del grupo Atlacomulco y apostó el descuido mexiquense a su ambición presidencial, no preparó a un sucesor local que representaba los intereses de esa élite y designó al oportunista Eruviel Ávila como candidato sucesor y ahí se perdió la red social y política de poder de la élite de Atlacomulco. 

El PRI mexiquense funcionó sin una lógica local con Ávila y luego con Alfredo del Mazo Maza y sus pivotes ya no fueron los hilos de la legitimidad social que había tejido en el Grupo Atlacomulco, sino el asistencialismo tradicional del PRI que no pudo competir con el asistencialismo en modo priista de Morena y el presidente López Obrador. 

Y como cereza del rancio pastel mexiquense, los tres partidos con historias de confrontaciones fuertes e históricas se sentaron a tomar un café y decidieron repartirse el botín de la candidatura estatal, pero sin explicarle a los electores las razones en que los tres adversarios históricos entre sí ahora eran los tres amiguis

La coalición mexiquense opositora no fue más allá de un pacto mafioso que nunca entendió que los tres partidos ya habían perdido sus bases tradicionales y que Morena, el presidente López Obrador y la inercia de programas gubernamentales del sexenio actual habían modificado los sentimientos políticos de los mexiquenses. 

Política para dummies: La política es una amistad que dura hasta el próximo subsidio asis- tencialista.