A conciencia y reflexión

JOSÉ LUIS NEGRETE ÁVALOS
Jueves 08 de Junio de 2023 9:29 am
COMO se esperaba este domingo 4 de junio, se llevaron a cabo las
elecciones a la gubernatura de dos estados clave: Coahuila y el Estado de
México, en los cuales el propio sistema político mexicano, y la ejecución
estratégica de los distintos partidos que lo integran, era fundamental para
observar y entender al mismo tiempo el peso de los proyectos en cada coalición,
exactamente a un año de las elecciones a la Presidencia de la República. Ese entendimiento, como
forma práctica de ratificación o recuperación de la imagen pública de los
institutos políticos, es una auténtica prueba, y un hecho de modificación
radical en el mapa político, que se presentó al final de la jornada, definiendo
no sólo las victorias en territorio, también describiendo la dirección de las
motivaciones sociales. La coalición Va por
México entre PRI, PAN y PRD obtendría el triunfo a través del candidato Manolo
Jiménez en Coahuila; en el caso del Estado de México, la coalición Juntos
Haremos Historia entre Morena, PT y PVEM, alcanzaría un resultado favorable
para Delfina Gómez, mostrando en los datos del PREP diferencia en porcentaje de
votos respecto a Alejandra del Moral, con un margen de 10 puntos. En cada uno de estos
resultados podrían señalarse distintos factores que en cierta medida influyeron
para que se dieran los mismos, como el clima de descontento que en los temas
políticos suele encontrarse, provocando poca participación, que en el caso
mexiquense, sería al menos de 40 por ciento de 12.5 millones de electores. Con todo esto destaca un
cuestionamiento: ¿Cuál de las condiciones logrará consolidar una victoria para
2024? Profundizando en el
hecho del cambio de gobierno en el Estado de México y Coahuila, tanto la
coalición que ostenta el poder, como aquella que representa la oposición,
centrarán su ejercicio político y estratégico en diferentes circunstancias que
puedan servirles en un momento dado.
En el primer caso
demostrar que existen bases y congruencia para la continuidad, aprovechando el
impulso mediático y el manejo comunicativo que lleva a cabo el gobierno actual,
y que se ve en la figura del Ejecutivo; el segundo caso la oposición deberá
lograr realmente retomar la confianza ciudadana, coordinación clara entre las
partes, presentar una plataforma atractiva y de verdad relevante para el país.
Claro está que estas posturas deberán situarse más allá. En ambos casos el
fondo y la forma de hacer campaña será vital.