Apuntes

MARIO CÁRDENAS DELGADO (ACPE)
Derecho inalienable
Viernes 09 de Junio de 2023 10:21 am
A quienes promueven, practican y, sobre todo, respetan la libertad de
expresión. CUATRO actores, por lo menos, estamos obligados a observar lo que
enuncio en la frase anterior: padres de familia, maestros, periodistas y
servidores públicos. Los padres, porque una
de las mejores maneras de educar a los hijos es inculcar la práctica tolerante
y respetuosa de la libertad de expresión, lo que implica expresar sin
cortapisas, dobleces ni miedo a la represión lo que pensamos, anhelamos o
esperamos de los demás. Los maestros, porque uno
de los valores más grande que pueden trasmitir a sus alumnos es el de la
libertad en todos los sentidos. En los contenidos programáticos se trata en
tópicos como la Enciclopedia, la Declaración de los Derechos del Hombre y el
Ciudadano, la Declaración Universal de los Derechos Humanos y la Constitución
Política Mexicana. Por congruencia deben hablar, actuar y predicar con el
ejemplo. Los periodistas, porque
aun cuando este oficio se ha vuelto de alto riesgo en México por los
asesinatos, secuestros, la represión, las amenazas e insultos presidenciales,
quienes lo practicamos estamos conscientes del deber que tenemos de escribir o
hablar con objetividad y valentía, porque la sociedad así lo merece, como
también que lo hagamos con decencia, honestidad y respeto a los demás. Los funcionarios
públicos, porque al iniciar su gestión se comprometen a cumplir y hacer cumplir
las leyes mexicanas. En el caso de la Constitución, el Artículo 6° establece lo
siguiente: “La manifestación de ideas no será objeto de ninguna inquisición
judicial o administrativa, sino en el caso de que ataque a la moral, los
derechos de tercero, provoque algún delito o perturbe el orden público; el
derecho a la información será garantizado por el Estado”. Y el 7° versa: “Es
inviolable la libertad de escribir y publicar escritos sobre cualquier materia.
Ninguna ley ni autoridad puede establecer la previa censura, ni exigir fianza a
los autores o impresores, ni coartar la libertad de imprenta, que no tiene más
límites que el respeto a la vida privada, a la moral y a la paz pública”. Esto
mandata a los funcionarios a respetar y hacer cumplir el derecho a la libertad
de expresión, que todos los ciudadanos podemos hacer valer sin cortapisas. De esto se desprende que
el respeto a la libertad de expresión no es una concesión graciosa, sino un
derecho inalienable y una obligación moral que podemos y debemos ejercer con
responsabilidad, haciendo de esta prerrogativa una práctica permanente.
apuntesmario@hotmail.com