Cargando



Razones



JORGE FERNÁNDEZ MENÉNDEZ

Sabemos qué pasó en Iguala


Miércoles 27 de Septiembre de 2023 8:58 am


Las autoridades, anteriores y actuales, los familiares de las víctimas y sus asesores saben qué sucedió con los jóvenes de Ayotzinapa desde fines de 2014 con toda claridad. Lo publicamos en 2018 en el libro La Noche de Iguala. Allí están desde los testimonios de los sicarios hasta las capturas de pantalla de la DEA de la que ahora tanto se habla. Se explica también el contexto, los móviles, las razones. Poco después la Comisión Nacional de Derechos Humanos que encabezaba entonces Luis Raúl González Pérez publicó el informe más detallado, preciso y exhautivo que se tiene sobre ese crimen. Es un documento impecable. Por supuesto todo eso fue ignorado, pero la realidad ha sido tan terca que incluso en ese contexto se ha abierto paso.
¿Qué pasó la noche de Iguala? Se lo vamos a contar en las palabras de los sicarios confesos, que ahora están libres por la muy negligente actuación de Omar Gómez Trejo. Felipe Rodríguez Salgado, El Cepillo, uno de los jefes de sicarios de Guerreros Unidos, contó cómo, la noche del 26 de septiembre, le avisaron a las nueve y media de la noche que les llevarían unos “paquetes” (las víctimas). Iban ocho patrullas municipales, con entre 30 policías y 40 “paquetes detenidos amarrados con mecates, algunos con esposas y otros ensangrentados”. Se fueron con una parte de ellos en un camión de tres y media toneladas al basurero de Cocula. “Antes del llegar al basurero pateé a uno de los estudiantes que iba debajo de mí y le pregunté que quién los había mandado y me dijo que los mandó El Carrete (jefe del Cártel de Los Rojos) de Cuernavaca y en ese momento le marqué un X en la espalda con pintura en aerosol”.
Dice El Terco que, cuando llegaron al basurero, “los de abajo” (iban todos apilados) estaban muertos por asfixia y que quedaban vivos unos 18 jóvenes. Los testimonios de los sicarios detenidos coinciden en que los que aún estaban vivos fueron muertos a palazos. Cuando los están quemando, cuenta Salvador Reza Jacobo, El Lucas, que “El Jona agarró un pedazo de carne y se lo comió”.
Los sicarios coinciden en que estuvieron “cerca de quince horas… Esperamos que se enfriaran las cenizas y los recogimos con la mano y unas botellas… Llegamos al río San Juan como a las seis de la tarde y empezamos a arrojar las bolsas completas al río y de ahí nos regresamos”. Ahí murieron 19 jóvenes. De los demás no hay información fidedigna.
Hay muchos más ángulos, pero esta es la terrible historia, relatada por los victimarios, confirmada por pruebas y peritajes, de lo ocurrido la noche del 26 de septiembre de 2014.