Castellanos: Estereotipos femeninos

MAYRA VÁZQUEZ LAUREANO
Domingo 10 de Marzo de 2024 8:14 am
Es un hecho tangible que el papel de la mujer no ha sido el
equivalente al que el hombre ha portado a lo largo de la historia. El sexo
femenino había vivido sumiso, gobernado por su contraparte, porque tanto la
iglesia como la sociedad dictaminaban que el rol de la mujer estaba en las
sombras. Durante siglos enteros actividades meramente domésticas eran el ir y
venir constante que marcaba los parámetros que la mujer no debía sobrepasar, es
por ello que en la historia universal las hazañas relevantes han sido narradas
con hombres como protagonistas. ¿Existieron mujeres que trataron de cambiar esto? Si, tal
vez demasiadas, de las cuales ni siquiera existe mucha evidencia; sin embargo,
unas cuantas han sido milagrosamente rescatadas del exilio y reconocidas con
méritos en diversas áreas de estudio, como son la literatura, la historia o las
ciencias. Dicha acción ya es monumental, pues lograr sobresalir y ser vista
como algo más que una niñera, una mucama o una cocinera era un lujo que muy
pocas representantes del sexo femenino podían darse. En el poema Kinsey Report, Rosario Castellanos toca temas
relacionados a la sexualidad, y con perspectivas femeninas de diversos tipos
que en algunos casos rompen con la visión tradicional de la mujer. En dicha
obra, Castellanos presenta un desapego a estereotipos sociales acerca de la
mujer. Entre sus obras poéticas podemos destacar Poesía no eres
tú, de donde se despliega el poema en cuestión. Su título refiere a un estudio
realizado por Alfred Kinsey, cuyo resultado fue plasmado en Comportamiento
sexual de la mujer, exponiendo temas que se consideraban tabú, como la
masturbación y la homosexualidad (o bisexualidad en algunos casos), en aquel
tiempo. El poema nos muestra a mujeres con discursos concuerdan que con el
estudio de Kinsey, donde ninguna coincide con otra, excepto en una cosa: la
mayoría estuvo en el lugar que por tradición se le daba a la mujer, y rompió su
conexión con él. La primera mujer que nos muestra Castellanos en su poema es
un ama de casa que desestima el concepto de matrimonio y toda la carga
conservadora que conlleva. A pesar de tener todo lo que una mujer podría
desear, su expresión sobre el tema no la presenta muy feliz o satisfecha. Ella toma
la actuación propia de una mujer del hogar conforme al estereotipo social:
paciente, sumisa, sensible y jovial. Sin embargo, ella no disfruta desempeñar
ese papel y da la sensación de intentar luchar contra él: “Yo me resisto
siempre. Por decoro. Pero, siempre también, cedo. Por obediencia”. La mujer del segundo fragmento es una mujer adulta y
soltera que inmediatamente renuncia a la idea de mantener la virginidad hasta
el matrimonio, y ha dejado de considerar siquiera casarse, pero no por ello
conserva una nula vida sexual, sino todo lo contrario. A pesar de no estar 100
por ciento cómoda con ello, expresa: “Prefiero una que otra cicatriz a tener la
memoria como un cofre vacío”. Los fragmentos tercero y quinto narran el panorama de una
mujer divorciada y una mujer con tendencias lésbicas respectivamente. En la
década en la que se publicó dicho poema, la mujer no podía tomar ninguna de
estas dos posturas: disolver el matrimonio o la inclinación hacia el mismo
sexo. Cualquier papel era mal visto. Cabe señalar que, en la época en la que
Rosario Castellanos escribió esto, la homosexualidad era definida como un
trastorno mental, enfermedad psiquiátrica que debía ser curada. Las jóvenes representadas en la cuarta y sexta parte del
poema son los vívidos resquicios del estereotipo femenino tradicional tratando
de mantener el rol social que les fue impuesto. La cuarta es una joven que ha
decidido seguir un camino totalmente religioso, apegado a la abstinencia
sexual, aunque es presa de deseos carnales de vez en cuanto. El sexto personaje
es la chica que sueña con una vida perfecta siendo ama de casa, con un esposo
que la amará por siempre y con el que, siguiendo la tradición de sus padres y
abuelos, cumplirá sus bodas de oro. Es interesante la manera en la que Castellanos
plasma los pensamientos y anhelos de estas jóvenes.
Leer a Rosario Castellanos es una experiencia casi
necesaria para cualquier mujer, pues más de una en algún momento de su vida ha
sido esa mujer de la que nuestra autora escribe. En Kinsey Report podemos
reconocer, si prestamos atención, un clamor que pide a gritos la evolución del
pensamiento humano.