RAZONES
JORGE FERNÁNDEZ MENÉNDEZ
Anatomía de un crimen
Miércoles 27 de Marzo de 2024 8:19 am
AL presidente López Obrador se le acaban las opciones en el
caso Ayotzinapa. El ataque a Palacio Nacional y la muerte del joven Yanqui
Ramos han terminado por cerrar una trampa en la que él mismo se confinó. Para lograr algún avance hay que volver a detener a los
asesinos que fueron dejados en libertad en forma irresponsable por sus hombres
de confianza en la investigación. La FGR acaba de pedir una orden de
aprehensión contra el cabo Gil por el delito de crimen organizado, el mismo
delito por el que estaba detenido desde 2015. ¿Usted daría fe ministerial a las palabras de un sicario,
asesino confeso, jefe de plaza de un cártel del narcotráfico que en seis
declaraciones ministeriales a lo largo de 6 años ha presentado seis versiones
diferentes de unos mismos hechos y que, cuando se convirtió en testigo
protegido, recordó súbitamente nombres, seudónimos, señas particulares,
descripciones físicas, incluso de personajes que nunca conoció? La
Fiscalía especial del caso Ayotzinapa no sólo le creyó, sino que además ha convertido
el suyo en el testimonio base de su supuesta investigación. Cuando entrevisté poco después de su detención en
septiembre de 2022 al general José Rodríguez Pérez en la prisión militar
del Campo militar nro. 1, me decía que resulta incomprensible que la palabra de
un sicario confeso, autor del crimen de los jóvenes de Ayotzinapa, valiera más
que la de un General con 44 años en el ejército, con una hoja de servicio
impecable y que nunca había tenido denuncias por corrupción. Tuvimos acceso a las cuatro primeras declaraciones
ministeriales de Gildardo López Astudillo. En la cuarta, ya como testigo
protegido, dio unas versiones y descripciones absolutamente absurdas y
contradictorias, recordó repentinamente, nombres y apellidos de decenas de
personas, incluso de personajes que no conocía. Asegura que hasta el 3 y 4 de octubre, camiones, del
ejército y de sicarios, en forma conjunta, llevaron restos de los
estudiantes y sicarios muertos al basurero de Cocula. Para esa fecha, Iguala
estaba tomada por medios, funcionarios, policías y tropas. Un movimiento
inverosímil.
En la cuarta declaración de agosto del 2020, no hay ninguna
réplica de la Fiscalía, ninguna pregunta ante todas sus afirmaciones, no le
vuelven a repreguntar nada, ni a indagar nada más. Todo estaba
preparado.