Inclusión financiera, malas noticias
VIDAL LLERENAS
Viernes 12 de Abril de 2024 8:40 am
La próxima semana se llevará a cabo la Convención Nacional
Bancaria. Seguramente se anunciará que el sistema financiero es estable y las
ganancias muy altas. De lo que no se va a hablar es que la inclusión financiera
del país es una de las más bajas de América Latina y del mundo. Apenas 50 por
ciento de los adultos en México tienen una cuenta de ahorro formal, 42.6 por
ciento de mujeres, y 56.4 por ciento de varones. En el caso de las cuentas estrictamente de ahorro, que no
incluye ni nómina ni pensión, incluso se tuvo un retroceso con respecto a 2018.
La diferencia de género, por cierto, no se ha reducido desde 2015. El sistema
financiero no se ha vuelto más accesible para las mujeres, ya que tampoco se ha
hecho nada al respecto. Mientras que en la Ciudad de México, 59 por ciento de
las personas adultas tienen una cuenta de ahorro formal, en el Noreste se habla
de 56 por ciento, y en el sur el dato es de 42 por ciento. Es decir, la
inclusión financiera es sistemáticamente menor en el sur del país, y tampoco
existen políticas para incrementarla en esas zonas. Con respecto al crédito formal, solamente 32 por ciento de
las personas tienen acceso (31.7 de hombres, y 33.8 de mujeres). En ese caso,
de acuerdo a la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera, la brecha de género
no existía en 2015. En el caso del crédito formal la diferencia regional es
enorme, pues 41 por ciento de las personas del noreste tiene uno, frente a
solamente 27 en el sur. En los seguros, la encuesta reporta un retroceso, ya
que en 2015 se contemplaba que 24.8 por ciento de las personas tenían un
seguro, pero en 2021, solamente se tuvo la cifra de 21 por ciento (16.4 de las
mujeres, frente a 21.1 de los hombres). Como resultado de todo esto, 90 por ciento de las compras
de menos de 500 pesos se realizan en efectivo, y 78 por ciento de las mayores a
ese monto también. En la convención se va a decir que se va a lograr mayor
inclusión gracias a la tecnología, ya que cada vez se ofrecen mayores servicios
financieros digitales. La verdad es que todas las agendas para promover los
servicios financieros digitales están estancadas. No se ha avanzado en
facilitar las operaciones de comisionistas digitales, y tampoco en la agenda de
datos financieros abiertos; la apertura de cuentas vía digital enfrenta
dificultades y requisitos innecesarios; los sistemas de pagos digitales
impulsados por Banxico, como Dimo, prácticamente no son utilizados (a
diferencia del exitoso Pix Brasileño); se establecen requisitos diferenciados
para servicios similares, por ejemplo, la cuentas de ahorro ofrecidas por
Sofipos y bancos; no se cuenta propiamente con una figura de banca digital y
existe una resolución de la Comisión Federal de Competencia Económica pendiente
de atender, con respeto a prácticas monopólicas en las cámaras de compensación.
De todo eso se debería discutir en la convención, y hacerse
la pregunta de cómo se puede avanzar en el corto plazo en la inclusión
financiera gracias a las oportunidades que nos ofrece la tecnología.