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Razones



JORGE FERNÁNDEZ MENÉNDEZ

Plagas de la política


Sábado 13 de Abril de 2024 9:42 am


No son plagas bíblicas, pero lo parecen: agua contaminada, incendios forestales, volcanes en erupción, fallas sísmicas en plena ciudad, resurgimiento de enfermedades, un metro que falla cotidianamente; como trasfondo la violencia y, de la mano con ella, la corrupción.

Lo que ocurre con el agua contaminada en Ciudad de México es una suma de negligencias (o venganzas políticas). Desde hace al menos 3 semanas los vecinos se quejaban de que el agua olía a gasolina, que estaba contaminada y sucia, y algunas personas tenían enfermedades al beberla o bañarse. 

La respuesta hasta el fin de semana pasado por parte de la institución encargada de la distribución del agua en la Ciudad de México, fue ignorar las denuncias. Se dijo a los vecinos que mejor limpiaran sus tinacos. Hasta el sábado, cuando los vecinos comenzaron con bloqueos y manifestaciones, se comenzaron a hacer estudios serios. Pero ni siquiera sabemos qué tanto lo son: el jefe de Gobierno, Martí Batres, no abordó el tema hasta el lunes, cuando reconoció que el agua estaba contaminada con algún tipo de combustible. Al día siguiente se informó que se había descubierto un pozo contaminado y fue tomado por fuerzas de seguridad. 

Pero al momento de escribir estas líneas seguimos sin saber cuál es la fuente de contaminación. Los vecinos siguen con las manifestaciones porque no tienen respuestas y no se ve que el problema tenga una solución de corto plazo. Una de las preguntas es cómo llegaron los combustibles a las fuentes de abastecimiento de agua. Y el fantasma de tomas clandestinas, de ese huachicol que se dijo erradicado y que está más próspero que nunca, vuelve a aparecer, porque se supone que los principales conductos de productos petrolíferos tendrían que estar controlados.

Se ha dicho que la fuente de contaminación podrían ser dos empresas que trabajan en la zona con ese tipo de productos, pero hasta que no se tenga certidumbre será difícil establecer responsabilidades. Insisto, por el tipo de contaminación, por la amplitud geográfica y por su persistencia en el tiempo, parece ser mucho más la fuga de una toma clandestina o de un ducto que la negligencia de una empresa. Todo esto tiene una problemática adicional: no se ha invertido en la infraestructura hídrica de la ciudad desde el gobierno de Calderón.

Quizás no es casualidad que en la misma zona donde se están dando estas fugas de ductos de combustible, contaminando el sistema de aguas, se estén dando microsismos producto de una falla que cruza de la alcaldía Álvaro Obregón a Benito Juárez. ¿Pueden esos sismos afectar ductos y sistemas? 

Mientras tanto hay incendios forestales en la zona rural de la ciudad y sus alrededores que envenenan el aire. Para colmo de males, reaparecen enfermedades prácticamente erradicadas como el sarampión, sobre el que la Secretaría de Salud emitió una alerta sanitaria esta misma semana. La paradoja es que esa secretaría y el impresentable López Gatell son responsables de que no se hayan realizado las campañas de vacunación que desde décadas atrás realizaba el Estado.

En seguridad ha habido avances, pero a últimas fechas ha vuelto a crecer el número de asesinatos, algunos de ellos francamente preocupantes como el de una mujer agredida frente a Bellas Artes y el asesinato de un trabajador del TEPJF en Xochimilco. No son plagas bíblicas, son políticas.