Déjà vu democrático
JOSÉ LUIS NEGRETE ÁVALOS
Jueves 18 de Abril de 2024 8:54 am
LA expectativa y la suerte
parecen presentarse de forma ideal durante estos días de campañas, donde todos
los proyectos navegan hacia el 2 de junio. Transitan hacia la obtención del
voto popular, con un efecto común dentro del sistema político mexicano, el
desarrollo de los procesos electorales y la renovación de las autoridades,
periodos de tiempo que tanto se han descrito en este espacio: 6 años para
Presidente de la República, y para Diputado o Senador, 3 y 6 años
respectivamente. Es preciso entender que las intenciones se vuelven más claras
conforme se va acercando la fecha de los comicios. La cuestión que puede
conformarse al momento de analizar esta constante particularmente es: ¿Puede
aparecer un déjà vu en el entramado de la democracia mexicana que afecte
negativamente? Al responder directamente esta cuestión, puede deducirse que esa
situación suele presentarse en muchas de las ocasiones que se disponen para el
acceso al poder, debido a la repetición del mismo entorno, la alusión a
problemáticas que deberían enfocarse hacia posibles soluciones, los retos de la
credibilidad en las ideas, y estas mismas ideas efectivas en la realidad. Ese
mismo efecto de déjà vu, de repetición, es la lucha que prevalece por los
grupos vulnerables o prioritarios, las personas de las comunidades indígenas,
de la diversidad sexual, las personas con discapacidad, entre otros; y por la
protección y promoción de sus derechos, los cuales se han ido ganando poco a
poco, pero que por supuesto no se alejan de la necesidad de hacer efectiva la
democracia y los derechos políticos electorales para cada uno de estos grupos
sociales. Jamás por capricho, sino por el genuino derecho de ser partícipes y
autores directos del desarrollo social en los pueblos, comunidades, y estados
donde viven, y por propia convicción y responsabilidad sobre las problemáticas
y necesidades que les afectan directamente. Logrando con esto que las
principales decisiones que pueden llevar a respuestas precisas estén formuladas
a partir de propuestas hechas por los propios grupos vulnerables o
prioritarios, y así no caer en la repetición de patrones y acciones que solo
observan números y votos efectivos cada cierto tiempo. Esa es la llave para
cerrar completamente la puerta a acciones paliativas, que tan solo esconden las
oportunidades de una democracia genuina sin déjá vu.