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Programas sociales y trabajo



VIDAL LLERENAS


Viernes 19 de Abril de 2024 8:50 am


CIRCULAN en redes sociales desde hace varias semanas fragmentos de dos discursos de campaña de las candidatas presidenciales con respecto a los programas sociales, la calidad de vida de las personas y las actividades productivas que realizan.

En uno, la candidata Xóchitl Gálvez parece decir que los programas sociales solamente son un paliativo, y que las personas tienen que trabajar para hacer su patrimonio. En otro, la candidata Claudia Sheinbaum parece decir que bastan los programas sociales para hacerse de un patrimonio.

En realidad, como se trata de fragmentos que se difunden como parte de estrategias de las campañas en redes, no se conoce la verdadera posición y la argumentación que ofrece cada candidata. Lo interesante es que se pueden inferir las dos posiciones que definen a la izquierda de la derecha liberal: la primera considera indispensable establecer igualadores sociales para emparejar las condiciones, y la otra considera que es principalmente el esfuerzo individual el que va a permitir a las personas salir adelante, por lo que el apoyo público se debe ofrecer en el margen, para evitar que las personas caigan en situaciones muy adversas.

Se trata de una discusión añeja. James Bradford DeLong, en su reciente y monumental libro, Camino a la utopía: Una historia económica del siglo XX, lo explica como la dicotomía entre las ideas de Hayek, de libertad económica, con respecto a las de Polanyi, quien plantea asegurar derechos, como la justicia y la equidad. Por varias décadas, desde la postguerra, parecería haber un consenso en la construcción de Estados de bienestar que igualaran las oportunidades, pero a partir de las reformas liberales de 1980 prevaleció la idea de que era mejor desregular la economía, reducir los apoyos públicos y dejar al mercado la creación y distribución de la riqueza.

Los gobiernos mexicanos de las últimas décadas abrazaron ese paradigma y desaparecieron formas de regulación laboral que permiten mejorar los salarios de las personas de menores ingresos, limitaron los programas sociales a versiones focalizadas y subinvirtieron en servicios públicos. Ahora se ha mostrado que es posible establecer un salario mínimo real, regular prácticas laborales como el outsourcing e incrementar las transferencias de efectivo a niveles que permiten a las personas salir de la pobreza. Con estos ingresos, las personas van a contar con una base mínima que les permitirán tomar acciones como estudiar, emprender un negocio o buscar un mejor empleo.

La derecha liberal en México, que domina las posiciones programáticas del frente opositor, apoya a regañadientes los programas sociales amplios; muchos de sus integrantes se manifiestan en contra y la mayoría antes los combatían. Su posición a favor de ellos es coyuntural, electoral.

Es necesario, ahora que las personas ya cuentan con una red de apoyos importante, ofrecer más y mejores alternativas para que la gente, con su esfuerzo, alcance una vida mejor. Eso se logra con formación pertinente para los mercados laborales, inversión en infraestructura de alto impacto económico en regiones de menor desarrollo, facilidades para los emprendimientos, inclusión financiera, política industrial en sectores de alta creación de empleo, un sistema de cuidados y un sistema universal de salud. Esas son las propuestas de la candidata Sheinbaum, que van a ayudar a que, a partir de una base adecuada, las personas puedan avanzar con su esfuerzo.