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Lo impreso



JESÚS ADÍN VALENCIA

Ciudad limpia


Sábado 20 de Abril de 2024 11:34 am


La jornada inicia a las 5 de la mañana. Ruge el motor, monótono rasga el sosiego de horas de sueño para muchas personas; va calentándose el camión recolector de residuos, con el cofre levantado parecen manos en forma de cuenco, dándose aliento antes del primer café, o antes de pasar a la gasolinera a llenar el tanque de diésel.

El director de Limpia y Sanidad, Julio López Ponce, me presenta e instruye cuál sería mi función. Se cierra el cofre, la cuadrilla toma su lugar y arranca el camión. Vamos tres en la parte trasera, bien afianzados al tubular de la caja compactadora, parados en el peldaño al que saltamos a cada rato. Se requiere destreza y agilidad. Salimos de la dirección de Servicio Públicos.

Al volante, el señor Eduardo Escamilla. Somos cinco varones dispuestos a cubrir parte de la zona norte de Villa de Álvarez. Cumplen la función de avanzada para hacer el acopio de basura doméstica en puntos determinados Menes Martín Alcaraz y Wilbert Alejandro. Levantamos la basura Jorge Cruz, mi primo, Alex Yeyo Álvarez y yo.

Vamos a Villa Izcalli y Villas Bugambilias; por esa zona nos amanece. Corroboro allí lo dicho por Jorge Cruz, que lo angosto de algunas calles dificulta el paso del camión donde hay vehículos estacionados. Hay personas que salen a regañadientes, de muy mal humor, pero es necesario pedirles que despejen la calle. Entonces corremos, levantamos basura, bolsas, cajas, botes, aventamos a la caja compactadora y seguimos corriendo. El calor arrecia conforme pasan las horas. Algunas amas de casa salen apresuradas a entregarnos bolsas de último minuto; amablemente regresamos, tomamos la bolsa y le damos alcance al camión.

Lunes y martes son por lo regular los días más pesados, se junta más basura, volviéndose necesario realizar un segundo viaje, como sucedió este viernes. La prensa tiene un medidor de acopio, de tal forma que calculan la posibilidad de darle cobertura a la zona completa. Después de Villas Bugambilias, siguen Real de Minas y el fraccionamiento Montellano. Hubo mucha basura y fuimos al relleno sanitario a descargar. Regresamos por La Comarca, cruzamos La tamarindera hacia Real de Minas y terminamos en Montellanos, poco antes de las 12 del día.

Los amigos de Limpia y Sanidad comparten múltiples anécdotas, como esa vez en que, al comprimir la basura, tronó una bolsa y bañó de heces fecales a uno de los compañeros. Tuvo que bañarse con la manguera de un jardín y ponerse una muda de ropa que, por alguna razón adivinatoria, llevaban en el asiento delantero. Chispan desechos de todo tipo, desde lixiviados a objetos punzocortantes. 

Para este turno, el matutino, se programan siete rutas a recolectar un promedio de 11 toneladas por unidad; para el turno vespertino son seis rutas, con aproximadamente siete toneladas recabadas por unidad. Finalmente, para el turno de noche se emplean seis rutas que recogen alrededor de nueve toneladas diarias.

Karim Téllez, director general de Servicios Públicos, al igual que Julio López, director de Limpia y Sanidad, me han compartido para la presente colaboración de “Lo Impreso”; un reconocimiento pleno a esta gran labor que desempeñan nuestros compañeros y amigos, porque sin importar la lluvia o el fuerte calor, ellos cumplen. Corren por todas las calles de la Villa mañana, tarde y noche, los 365 días del año, sean sábados o domingos, semana santa, días de asuetos, incluso Navidad. Nunca paran, persisten en maratón constante por una ciudad limpia. Gracias, señores.