Razones
JORGE FERNÁNDEZ MENÉNDEZ
Metaverso de crisis judicial
Sábado 20 de Abril de 2024 11:37 am
No se sabe realmente quién suscribió y envió la denuncia anónima que derivó en la investigación contra Arturo Zaldívar, puede tener muchos orígenes, pero esa no es la única pregunta que debemos hacernos. La otra es sobre quién divulgó la investigación que se ordenó, me dicen, de oficio. Ese tipo de documentos pasa por muchas manos en las oficinas de la justicia y cualquiera de ellas podría haberlo divulgado o filtrado. Las acusaciones que se hacen en la denuncia que se pone a investigación no están basadas en pruebas, como hemos dicho toda la semana. Es una narrativa que se está manejando desde hace meses, y paradójicamente más desde los sectores duros de Morena que desde la oposición. Ya veremos qué decide el ministro José Luis González Alcántara, pero no veo que la denuncia anónima tenga futuro y tampoco lo tiene la petición de juicio político contra la ministra presidenta Norma Piña. Tampoco hay constancia de que la ministra haya filtrado esa información. Ayer lo reconoció el propio presidente López Obrador, en medio de la larga descarga verbal que tuvo en La Mañanera. Que las denuncias anónimas deriven en investigaciones exitosas es otra cosa, y en este caso es muy difícil porque no están basadas en pruebas. Se ha dicho que en las reuniones de los consejos de judicialización se definía la línea de trabajo de los casos más polémicos de esta administración. Parte del deterioro sufrido en los últimos años es que se cancelaron esos consejos que reunían a funcionarios de diversas áreas, pero también a gobernadores y funcionarios de seguridad de cada estado por separado y con ellos se iban diseñando objetivos y operaciones conjuntas contra distintos ámbitos criminales en cada entidad. Funcionaron con efectividad y eran útiles incluso para comprometer con objetivos claros a distintas dependencias. Ese no fue un invento de esta administración. Esas mesas vienen operando de una u otra forma desde el gobierno de Calderón. Con el tiempo fueron tomando formas distintas, pero el concepto es el mismo. Hoy, en la mayoría de los estados y en la Ciudad de México, funcionaron y funcionan mesas de coordinación de seguridad con las mismas características. Todo lo demás es construir una narrativa política que pueda ser interesante y hasta verosímil, pero que no tiene demasiado asidero con la realidad.
