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ALGO MÁS QUE PALABRAS



VÍCTOR CÓRCOBA HERRERO*

Espíritu cooperante


Domingo 21 de Abril de 2024 10:03 am


TODO hay que trabajarlo en comunión y en comunidad, con un nuevo estilo cooperante, sin obviar el buen talante inteligente, lo que facilitará el entendimiento inclusivo y el brío solidario. Desde luego, el marco multilateral por excelencia hoy en día se sustenta en la Carta de las Naciones Unidas, que no se limita a definir únicamente la estructura, 

la misión y el funcionamiento de la organización, sino que también continúa siendo el horizonte de la estética para promover el espíritu armónico, respetando la dignidad de cada persona, defendiendo a su vez los pilares del Estado de Derecho y advirtiendo sobre el cumplimiento de los Derechos Humanos. Sin duda, la unidad 

de nuestros pueblos está en repoblarse de pulsos y en 

poblarse de conciencia.

Las diversas situaciones en el mundo deben hacernos reflexionar e invitarnos a promover el desarme y la no proliferación de contextos violentos, que lo único que conllevan es una crueldad tremenda que nos impide divisar el horizonte con esperanza.

Urge intensificar los hábiles y oportunos esfuerzos diplomáticos en favor de la supervivencia de todo el género humano. No podemos desfallecer en los sueños, tampoco de los renovados enfoques basados en un diálogo responsable, sincero y coherente. Jamás olvidemos que la cooperación internacional en el marco multilateral de las Naciones Unidas salva vidas cada día. Para ellos, nuestro mayor aplauso.

Sea como fuere, tanto mantener la vida como lograr la paz, persuade a forjar no sólo las condiciones propicias para que éstas habiten, sino para que se mantengan.

El entorno nos demuestra que nadie puede gestionar por sí mismo nada, precisamos hacerlo al unísono; y en este sentido, si el papel de la diplomacia es vital para aliviar las tensiones antes de que desemboquen en conflicto, también el multilateralismo es el único camino conjunto que nos puede sacar del atolladero de los particularismos y nacionalismos, que son esquemas del pasado.

Abracemos esta visión alternativa de cooperación afectiva y efectiva. Es insuficiente pensar en los equilibrios de poder. Salgamos de la noche de la guerra y de la 

devastación inhumana, para convertir el futuro común en 

un amanecer resplandeciente.

Nos enfrentamos a la elección de dos caminos antagónicos: el fortalecimiento del espíritu cooperante multilateral, que conlleva a una acción donante cimentada en la justicia y establecida en el amor auténtico, o proseguir con el espíritu de lo maligno, como es la envenenada senda de la autosuficiencia, el individualismo 

y el aislamiento. Esta última opción no debe prevalecer. 

Hay que tomar la senda de la concordia, en la que nadie quede discriminado por no tener poder ni recursos económicos. 

La energía del multilateralismo es una clarividencia versátil, nos recuerda el estímulo inspirador de que juntos somos más fuertes. Teniendo esto presente, la claridad es manifiesta. Con los medios tecnológicos y la cognición social, sumado a un marco ético más fuerte, podremos superar el descarte y los inútiles enfrentamientos. Los desafíos más acuciantes de nuestro orbe son de naturaleza mundial, así que demandan soluciones globales. Llamar a la diplomacia preventiva resulta primordial para proteger los esfuerzos comunitarios, sobre todo para ayudar a solucionar las posibles controversias surgidas