DE AYER Y DE AHORA
JAIME ROGELIO PORTILLO CEBALLOS
Adolescentes y habilidades socioemocionales
Domingo 28 de Abril de 2024 8:04 am
II/III COMO joven que fui y como maestro, sé que la persona que
atraviesa por la adolescencia se caracteriza por la búsqueda de la
autoafirmación e independencia, también que está expuesta a múltiples cambios
propios de su edad, propensa a desarrollar conductas de riesgo, y que empieza a
tomar decisiones trascendentes para su vida en variados casos sin tener
herramientas adecuadas. Al buscar su identidad y autonomía, los adolescentes
atraviesan por momentos de confusión y desorientación y no siempre saben cómo
pedir ayuda. Se estima que 20 por ciento de las y los jóvenes sufren riesgos de
adaptación, conflictos familiares y académicos, o caen en conductas que pueden
ser disparadores de desórdenes psicológicos graves posteriores. Los adolescentes requieren tanto habilidades cognitivas
como técnicas socioemocionales. Estas últimas son comportamientos, actitudes y
rasgos de personalidad que contribuyen al buen desempeño de una persona. Son
competencias para el manejo de situaciones y para la convivencia humana. Por
medio de ellas aprendemos a enfrentar el riesgo, la incertidumbre, plantear y
llevar a buen término procedimientos, administrar el tiempo, propiciar cambios
y afrontar los que se presenten, así como tomar decisiones y asumir consecuencias;
manejar el fracaso, la frustración y la desilusión, relacionarnos
armónicamente, ser asertivos y trabajar de manera colaborativa, entre otras. Se ha comprobado en diversos estudios cómo las habilidades
socioemocionales son altamente valoradas por los empleadores en el mercado
laboral. Éstos consideran que las habilidades socioemocionales, como el trabajo
en equipo, la comunicación o la ética laboral, son de suma importancia en el
trabajo e incluso más valoradas que algunas de las habilidades cognitivas o
técnicas. Veamos dos habilidades socioemocionales específicas. La tolerancia a la frustración es la capacidad que tiene
una persona para admitir el fracaso de una forma saludable desde el punto de
vista emocional. La frustración es una emoción negativa originada por el
fracaso en el logro de un objetivo, y forma parte de la vida cotidiana. En
mayor o menor medida, todos experimentamos esa emoción porque no siempre
podemos alcanzar nuestros deseos o concluir nuestros proyectos, por lo tanto
tolerar la frustración es indispensable para el desarrollo. Es la capacidad para
admitir las adversidades de la vida y sobreponerse a ellas. Los ideales, el
trabajo, la familia, la existencia con sentido, el amor y la vida espiritual
son las principales armas para tolerar la frustración. El estrés, por otro lado, significa tensión. Es una
reacción fisiológica y psicológica del organismo en la que entran en juego
diversos mecanismos de defensa para afrontar una situación que se percibe como
amenazante o de demanda incrementada. Es un proceso de interacción entre los
eventos del entorno y nuestras respuestas cognitivas, emocionales y físicas;
una respuesta automática, natural y necesaria para la supervivencia. Cuando
esta respuesta natural se presenta en exceso, se produce una sobrecarga de
tensión que repercute en el organismo llegando a provocar enfermedades.
El manejo del estrés puede definirse como la habilidad para
soportar situaciones estresantes sin venirse abajo. Esto se consigue al
interaccionar de manera positiva y activa con el estrés. La tolerancia al mismo
nos permite mejorar nuestra calidad de vida, y va de la mano con el optimismo.
Tener una visión positiva del entorno y confianza en uno mismo nos ayuda a
hacer frente al estrés y a las situaciones que nos lo producen.