Vivir y convivir con discapacidad
ALICIA ORTIZ KEINRAD
Domingo 28 de Abril de 2024 8:05 am
SOY contadora pública y la mayor parte de mi vida ha estado
dedicada a cuidar de mi hijo, Emiliano. Cuando te enfrentas a una situación de
crisis debes tomar la decisión de seguir adelante de la mejor manera posible o
quedarte en donde estás. Mi vida era muy normal, dedicada al estudio y después
al desarrollo profesional, pero llegó el momento en el que quería tener una
familia, hijos, etcétera. Por alguna razón mi vida tomó otro camino completamente
diferente al planeado. La llegada de un hijo es lo más maravilloso, pero cuando
llega acompañado de una discapacidad se torna muy complicado. Mi hijo, Emiliano
Sebastián Parra Ortiz, presentó hipoxia al nacer, y a los 6 meses lo
diagnosticaron con parálisis cerebral. Cuando me dieron esta noticia sentí
mucha tristeza, miedo y preocupación porque no sabía de lo que se trataba. En
ese momento iniciaron las terapias para que le ayudaran en su desarrollo y
crecimiento, pero no sabía si iba a poder caminar, hablar o comer solo; en
pocas palabras, ser independiente. Aquí fue cuando inició la búsqueda de diferentes médicos y
terapeutas que le ayudarían a mejorar su calidad de vida, pero siempre ha
estado presente ese miedo de hacer lo correcto para su bienestar. Con el paso
de los años y un divorcio inminente, se volvió un poco más duro seguir
adelante, aunque también ha sido reconfortante ver que Emiliano ha logrado
superar muchos obstáculos con mi apoyo y el de mi familia. Mi actitud positiva
le ha permitido realizarse como persona y vivir plenamente, aunada a mis ganas
de superación, de salir adelante, y la decisión de apoyarlo en todo lo que
necesite, para que tenga una buena calidad de vida y sea integrado en la
sociedad. Acompañar a mi hijo con discapacidad durante estos 28 años
me ha enseñado a tener mucha paciencia, a ser tolerante, pero sobre todo a
valorar cada gran logro en su vida. Lo que para otros niños era normal como
parte de su desarrollo, para Emiliano era un verdadero logro después de tanta
terapia, por ejemplo, el que enderezara su cabeza, que moviera los brazos para
tratar de coger algún objeto, que pudiera decir algunas palabras, etcétera. Emiliano, a pesar de tener un problema motor severo,
actualmente es artista plástico. Pinta con las manos utilizando sus dedos como
pincel, pero sobre todo pinta con el corazón, plasmando en cada una de sus
obras lo que está sintiendo y pensando. Ha expuesto en importantes museos y
galerías, como el Museo Internacional del Barroco, inclusive ha llegado al
extranjero, exponiendo en Nueva York y París; esto le ha ayudado a incrementar
su autoestima.
A través de estas exposiciones y de las conferencias que
hemos dado en México y Canadá, queremos mostrarle a la gente lo que una persona
con una discapacidad severa puede llegar a lograr para que la valore, respeten,
le den el lugar que se merece dentro de la sociedad, volviéndose más sensibles
e incluyentes. Vivir con discapacidad y convivir con una persona con
discapacidad no es fácil, siempre habrá muchos obstáculos, pero está en
nosotros el decidir salir adelante.