DE AYER Y DE AHORA
JAIME ROGELIO PORTILLO CEBALLOS
Adolescentes y habilidades socioemocionales
Domingo 05 de Mayo de 2024 8:02 am
III/III Veamos otras cinco importantes destrezas para la vida. La
empatía es compartir la emoción percibida en el otro, la capacidad para ver los
problemas o situaciones de las otras personas, “ponerse en sus zapatos”. Esta
habilidad implica la capacidad de percibir tanto claves como señales directas o
indirectas del estado afectivo o emocional del otro. La empatía nos ayuda a
recuperar el interés por las personas que nos rodean y a consolidar la relación
que existe con cada una de ellas. Las emociones de los demás resuenan en
nosotros. Sentimos los sentimientos del otro, cuán fuertes son y qué cosas lo
provocan. La empatía involucra nuestras propias emociones y por eso entendemos
los sentimientos de los demás. El diálogo es comunicación entre dos personas para intercambiar
puntos de vista respecto a un asunto. Es una forma de conocer cómo piensa el
otro y enterarse de pormenores que se desconocen; revela similitudes y
concordancias, permite descubrir alternativas de acción, modifica el
planteamiento del problema y desarrolla sentimientos de solidaridad al idear
soluciones compartidas. La escucha activa es relevante para el desarrollo de la
conciencia social. “Escuchar” es la contraparte psicológica del proceso
fisiológico de “oír”. Entender los silencios y su relación con las emociones.
Al escuchar activamente, el centro de atención no está en el punto de vista o
la opinión de quien escucha, sino en el contenido de lo que dice quien habla. La comunicación asertiva es el medio con que damos a
conocer nuestras necesidades, sentimientos o emociones, pensamientos e
intereses a las personas que nos rodean. Y lo hacemos a través de mensajes
hablados y no hablados. Las personas que son capaces de comunicar sus
necesidades y deseos de forma clara, respetuosa y oportuna establecen mejores
relaciones con los demás. ¿Qué necesitamos para lograr una buena comunicación con
adolescentes? Crear un ambiente de confianza, respeto y libertad; escuchar con
atención e interés, permitir que se expresen sin interrupciones y sin hacer
críticas destructivas; poner atención al tono de voz, gestos y movimientos
corporales ya que la comunicación no sólo son palabras; evitar el uso de apodos
o insultos; no gritar, amenazar o humillar; decir las cosas clara y
respetuosamente; ser oportunos; hacer preguntas y aclaraciones, para
asegurarnos lo que nos entendieron cómo lo que entendimos: “Qué quieres decir
con…”, “déjame ver si te estoy entendiendo…”, “si lo he entendido bien, tú
dices que…”, “a ti parece preocuparte…”; ponernos en el lugar de la otra persona
y hablar o comunicarnos cuando estemos tranquilos, sin enojos, reclamos o
gritos.
En el manejo de conflictos interpersonales se aplica el
análisis de problemas, es decir, hay que diagnosticar el problema tras
formularse una serie de preguntas para definir cómo se está viviendo la
situación; encontrar y ubicar todas las alternativas de acción. Existen
diferentes formas de afrontar y resolver el conflicto, por ejemplo, desarrollar
en sí mismo y en los demás las habilidades de negociación, iniciar sin atacar,
escuchar con empatía para llegar a un diagnóstico que integre las aportaciones
de todos, crear en los interlocutores actitudes de cooperación, enfatizar los
valores comunes y ceder un poco para encontrar un punto intermedio que evite el
conflicto. Llevar los asuntos a votación cuando se esté claro que no se puede
llegar a un acuerdo unánime. En casos especiales, recurrir a la mediación y
arbitraje de personas respetadas por las partes en conflicto.