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LA PALABRA DEL DOMINGO



ÓSCAR LLAMAS SÁNCHEZ

¡Amor, siempre vivo y activo! (Jn 15, 9-17)


Domingo 05 de Mayo de 2024 8:05 am


Este domingo, Jesús dice: “Como el Padre me ama, así los amo yo. Permanezcan en mi amor. Si cumplen mis mandamientos, permanecen en mi amor. Este es mi mandamiento; que se amen los unos a los otros, como yo los he amado. Nadie tiene amor más grande a sus amigos, que el que da su vida por ellos. Ustedes son mis amigos, ya no los llamo siervos, sino amigos”.

Tremenda responsabilidad resulta de ese amor que Dios nos prodiga. Amor que Jesús llevó al extremo de dar su vida por nosotros en la cruz. Amor para todos los hombres, sin excepción, con predilección muy especial para nosotros los pecadores. Amor siempre vivo y actuante.

El Papa Francisco, en su Encíclica “Amoris Laetitia”, nos lleva a reflexionar sobre el amor en sus diferentes manifestaciones y su origen, que es Dios mismo. El estudio y la piedad nos llevan al mismo tiempo al servicio, a la acción social, a compartir nuestros bienes materiales y espirituales; obras de justicia, de caridad, de derechos humanos, educación, salud, trabajo, vivienda. Todos los bautizados debemos realizar nuestra propia tarea de servicio, cada quien, en su profesión, oficio, trabajo: el médico, el sacerdote, el ama de casa, el militar, el artista, el trabajador.

Preguntémonos y respondamos con sinceridad: ¿Cómo vivimos este amor que viene de Dios? ¿Es para nosotros lo más importante? ¿No lo ahogamos con egoísmos, rencores, pereza? ¿Hasta qué punto el amor de Jesucristo es para nosotros el criterio, el camino? ¿El amor entre los esposos intenta crecer cada día en actos concretos y cordiales de comprensión, de ayuda, de darse el uno al otro? ¿El amor entre padres e hijos se teje a base de escuchar, respetar, dialogar, compartir, soportar? Así en todos los campos de la vida.

Amor con amor se paga. Ahora es tiempo de renovación profunda, de buscar juntos nuevos caminos, revisando nuestras capacidades y limitaciones, asumiendo con generosidad nuevos compromisos ante los nuevos retos de incredulidad, indiferencia, inmortalidad e injusticia que convulsionan al mundo.

Amigo, amiga: Jesús nos ha cambiado de siervos a amigos, para que vivamos en gracia, no por temor, sino por amor vivo y activo que nace del corazón y se hace ley suprema de nuestra existencia, amor que nos lleva a Dios para llamarlo Padre, y a nuestro prójimo para amarlo como Cristo lo ama, con todo el corazón. Hoy mismo, Jesús asegura: “Les he dicho esto para que mi alegría esté con ustedes y su alegría sea plena”.