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QUOD SCRIPSI, SCRIPSI



HORACIO ARCHUNDIA

Rosi, a la delantera


Miércoles 15 de Mayo de 2024 8:42 am


I/II

 

Tienen la mayoría de los manzanillenses claramente identificada la mejor opción para elegir Presidente Municipal, y es la candidata de la alianza Sigamos Haciendo Historia, conformada por Movimiento de Regeneración Nacional, Partido del Trabajo y Partido Verde Ecologista de México, Rosi Bayardo. Detrás suyo, a considerable distancia, se percibe una interesante aceptación para la candidata de la coalición integrada por PAN y PRI, Sara Valdovinos.

Lejos bastante, surgen, con porcentajes muy bajos, la candidata de Movimiento Ciudadano, Martha Zepeda, y el candidato de Fuerza por México, Efrén Pacheco. Elegir Alcaldesa entre los dos principales perfiles es aprovechar los votos. El resto es desperdicio.

Luego de dos trienios asaz difíciles para los manzanillenses, la figura mesurada y prudente de Rosi Bayardo es una luz en el túnel gris en que está sumergido Manzanillo en materia política. No es tarea sencilla tomar las riendas de un municipio donde la Alcaldesa con licencia y su más cercana colaboradora (hoy también candidata a la Alcaldía) pasaron más de 5 años inmersas en una vorágine de pleitos y polémicas que políticamente ponen en desventaja a esa última candidata, frente a la comedida, diligente y mesurada Rosi Bayardo, que viene de dirigir con amabilidad el DIF estatal.

Rosi es candidata de Morena, y además de su carácter amistoso y cordial y del trato sensible con los ciudadanos, trae el indiscutible respaldo de una marca que, dígase lo que se diga, va a seguir pesando en este y en futuros procesos electorales. La ventaja de Bayardo sobre sus oponentes es incontrovertible a pesar de la fuerza de los ataques calumniosos y de la perversidad con que la han tratado. Sara Valdovinos hará frente a ella un digno y decoroso papel, esto gracias a sus virtudes personales y a su evidente capacidad. La tercera en discordia, en cambio, difícilmente alcanzará a llegar al cabildo, a pesar de lo que presumen sus jilguerillos a sueldo.

Sus malos tratos con propios y extraños, su proclividad a la disputa, a la ofensa, a la descalificación y a la riña vil, la hacen impresentable en una campaña electoral. Si a esos detallitos sumamos las permanentes quejas de ciudadanos perseguidos sin piedad ni tacto por deudas en agua potable, cobros desmesurados e inflexibles en materia del impuesto predial, o inmisericordes maneras para tratar al comercio informal, Martha no saldría bajo ninguna circunstancia victoriosa en una elección.