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Lo invisible se vuelve conveniente



ALAN PINGARRÓN REYNOSO*


Domingo 26 de Mayo de 2024 8:00 am


II/III

 

LA semana anterior, se planteó lo concerniente a las iniciativas, promesas incumplidas y la convención de 2008; es decir, lo que corresponde a la clase política llevar a cabo cuando se encuentran en funciones.

Recientemente el INEGI publicó los resultados de la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica (ENADID) 2023, misma que sirve para actualizar los datos desde el último censo de 2020 y encontramos algunos datos interesantes como son:

1. 1.3 millones de personas con discapacidad se sumaron (pasamos de 20.8 a 22.1 millones de personas).

2. En el rango de edad en donde más aumentó el porcentaje de personas con discapacidad fue entre los 30 y 59 años.

3. Con 22.1 millones de personas con discapacidad en 2023, en donde se infiere con un grupo familiar promedio de 4 personas, significa que 88.4 millones de mexicanos vivimos la discapacidad en nuestro hogar, es decir 68 por ciento de la población es atravesada por alguna condición de vida.

Ahora me gustaría plantear lo que nos concierne como sociedad. En este juego de poderes entre grupos de discapacidad, sin darnos cuenta, nos peleamos las primicias de iniciativas y solicitudes para exigir y atacar implacablemente a la clase política, pero se deja invisible lo que desde hace años ha existido. Ejemplo:

Tenemos un artículo cuarto constitucional que, desde hace 13 años, expresa en los términos legales de qué manera se entregarán los apoyos económicos a personas con discapacidad, y los grupos etarios específicos.

Artículo 4o.- La mujer y el hombre son iguales ante la ley. Ésta protegerá la organización y el desarrollo de la familia.

El Estado garantizará la entrega de un apoyo económico a las personas que tengan discapacidad permanente en los términos que fije la ley. Para recibir esta prestación tendrán prioridad las y los menores de dieciocho años, las y los indígenas y las y los afromexicanos hasta la edad de sesenta y cuatro años y las personas que se encuentren en condición de pobreza.

Las adaptaciones que existen en el caso de la discapacidad visual para emitir el respectivo sufragio; o bien, los avances que se ha tenido en esta era tecnológica para las capacitaciones realizadas a los conductores de plataformas de transporte, por mencionar algunas.

Son hechos que, la mayoría del tiempo, quedan guardados en el baúl de las cosas ocultas y cuando se descubren por alguien mediático, se plantea como la novedad de la semana, del mes, o incluso del año. Porque así como en el escrito anterior sobre candidatos que ostentan la discapacidad para obtener las candidaturas, así también hay quien, verdaderamente ostentándola, se sirve de ella para mediatizar, golpear y masacrar a los gobiernos en turno, e incluso, a la misma sociedad.

En conclusión, seamos más responsables y analíticos para ver lo que ya se tiene y deba pulirse para beneficio y mejora de todos; y lo que falte, plantearlo de manera constante y no sólo en los periodos electorales, y con el conocimiento específico que corresponda a cada condición de discapacidad, para llegar a los logros deseados, mediante la unión de esfuerzos.