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RAZONES



JORGE FERNÁNDEZ MENÉNDEZ

Liberación del general Rodríguez


Martes 09 de Julio de 2024 8:04 am


Lo que hicieron Alejandro Encinas, próximo secretario de Gobierno de CDMX, y el entonces fiscal especial del caso Ayotzinapa, Omar Gómez Trejo, ahora asilado en EUA, con la investigación del caso Ayotzinapa es sencillamente vergonzoso. Hace casi 2 años, ordenaron la detención de varios militares, entre ellos el general José Rodríguez Pérez sin una sola prueba en su contra, basados en el testimonio de un sicario, asesino confeso de los jóvenes, reconvertido casi 4 años después de su detención en un testigo protegido a modo.

Este fin de semana, un juez determinó que el general podrá seguir el proceso en libertad y dejar su celda en la prisión del Campo Militar 1, donde pude entrevistarlo en septiembre de 2022.

Esa entrevista fue clave para desmontar el falso andamiaje que se quería construir para procesar a estos militares. La campaña que libraron sectores muy duros de dentro y fuera de Morena para tratar de demostrar el involucramiento militar fracasó por una sencilla razón: nunca tuvieron una sola prueba.

Encinas y Trejo intentaron crear una narrativa de lo que querían o pensaban que había sucedido, detener a los responsables políticos a modo a partir de declaraciones de personajes oscuros que ya habían sido detenidos por otros delitos, y filtrar todo tipo de información sin sustento pero políticamente verosímil para justificar detenciones sin pruebas. En el camino, destrozaron la credibilidad en la justicia, acabaron con carreras políticas y descalificaron instituciones.

Cuando hace 2 años ingresé al penal militar del Campo Militar 1, para entrevistar al general José Rodríguez Pérez, acusado sin pruebas de haber participado en la desaparición de los jóvenes de Ayotzinapa, pensaba en los costos de esa investigación falsa, truqueada e incluso corrupta. La síntesis del caso es sencilla de presentar: un general con 44 años de servicio termina preso por la acusación de un jefe de sicarios que reconoce haber participado en la desaparición y presunta muerte de los 43 estudiantes, lo que está plenamente comprobado. El Cabo Gil está libre, y el general preso.

Estaba tranquilo ese día, aunque con el paso de los meses le fue ganando la ansiedad de saberse inocente y seguir detenido. El general, en el periodo que estuvo a cargo del cuartel de Iguala, proporcionó duros golpes a Guerreros Unidos. Llama la atención, le digo, que le acusen de estar en convivencia con Guerreros Unidos cuando golpeó a Guerreros Unidos: “Tengo 44 años de servicio y tengo 4 años (ahora 6) de haberme retirado, disfrutando a mi familia, disfrutando a mis nietos, disfrutando el calor del hogar y ahora, mira, estamos en esta situación.

“Es una vileza lo que hicieron, una cobardía haberse manifestado al margen de la ley de esta persona (Encinas) y realmente estoy aquí, como te lo comentaba, por delincuencia organizada, que no tiene que ver nada con esa declaración que hizo esta persona, estoy aquí sustentado por un testigo protegido que tienen ellos”.

Un testigo detenido por fuerzas militares. “¿Qué es lo que espera de la justicia?, ¿de la sociedad? ¿Cómo espera que termine este proceso?”, le pregunté hace 2 años. “Lo que espero en primer lugar es que no nos juzguen como lo hizo esta persona (Encinas), que esperen al resultado jurídico, que nos avala la razón, somos inocentes. Estoy dando la cara, para que conozcan cuáles fueron los hechos, que vean cuál es mi carrera. Vamos a salir adelante con la cara en alto y voy a reivindicar mi nombre”. Apenas puede comenzar a hacerlo.