The Hope Effect
CARLOS ALBERTO PÉREZ AGUILAR
Martes 09 de Julio de 2024 8:05 am
Ser “hogar de acogida” ha sido de lo mejor que nos ha
pasado en nuestras vidas, a mi esposa y a mí. Para muchos, la pandemia fue una etapa difícil, pero para
nosotros, con todo lo que implica la crianza de los niños, fue el darnos por
completo para recibir en casa a nuestros dos pequeños, quienes hoy, aun cuando
no están con nosotros, son parte del sentido de nuestras vidas. En Colima existen 300 menores de edad que se encuentran en
Centros de Asistencia Social, es decir, niñas, niños y adolescentes que añoran
un hogar, y estoy seguro puede haber muchas familias dispuestas a abrir sus
puertas y ser parte de esta gran misión. Por 3 años pudimos hacerlo; soñamos con construir un
ejemplo, aportamos lo bueno y lo malo de nosotros, rompimos nuestros propios
paradigmas y comprendimos que, más allá de los lazos consanguíneos, es más
fuerte el lazo de estar cuando nadie más. El tiempo nos dirá si lo hicimos
bien. Todos los días soñamos con su regreso. Una gran oportunidad se abre en Colima a través del
programa The Hope Effect México, que considero una esperanza para niñas, niños,
adolescentes, e incluso familias que por algún motivo pasaron por crisis,
puedan volver a proteger a sus menores. The Hope Effect, significa “el efecto esperanza”, y la
llegada de este modelo es esperanzadora, porque amplía los brazos, desde una
perspectiva social y humanitaria, que respaldan el trabajo institucional muchas
veces rebasado por lo complejo de este tema. Ser hogar de acogida no es una decisión sencilla; como nos
lo decía nuestro sacerdote: “sal a la calle y pregunta quién: son muy pocas las
personas en todo el mundo que están dispuestas a abrir las puertas de su casa
por un día a cuidar un niño o niña, pero hacerlo por un solo día es una gran labor,
no digamos 3 años”. Claramente, lo ideal es que el acogimiento sea permanente,
pero esto será sólo con el acompañamiento profesional de las instituciones,
tanto para los menores como para las familias voluntarias, con la ampliación de
la red familiar, el seguimiento legal y legislativo para alentar los procesos
de adopción, y con este mismo soporte institucional evitar las dolorosas
“adopciones truncadas”, cuya incidencia es alta y es otro tema del que se puede
hablar.
Yo le digo a usted que si en familia tienen interés, la
posibilidad y madurez para afrontar el reto, lo hagan; no deje pasar la
oportunidad ni descarte el gran reto de adoptar, porque hay muchas niñas y
niños, pero también muchas mamás y papás no biológicos que merecen encontrarse
para formar un hogar. Tengo la esperanza y la fe en que ahora será mucho mejor.