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Ver moros con tranchete



SERGIO JIMÉNEZ BOJADO


Miércoles 10 de Julio de 2024 8:28 am


Ante su estrepitosa derrota, Latinus vive una severa crisis emocional que lo ha llevado a ver moros con tranchete. Ahora salen con la argucia que periodistas de ese medio, Loret de Mola, Brozo, Lorenzo Córdova y otros, son perseguidos por el Gobierno a través de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) que preside Pablo Gómez. Esto resultó falso, porque el que nada debe nada teme; la verdad, andan asustados y desubicados ante la tremenda lección que sufrió su egolatría el pasado 2 de junio, al comprobar que en nada les funcionó la intensa y carísima campaña de guerra sucia, desplegada por ellos y una gran mayoría de medios, incluidos los digitales con cuentas falsas y granjas de bots, antes y durante el proceso electoral contra todo lo que oliera a 4T.

Estrategia mediática cargada con misiles repletos de calumnias y mentiras dirigidos a AMLO y a Claudia Sheinbaum, en un vano intento de vulnerar su enorme autoridad moral, con la quimera de confundir al electorado, subestimando los nuevos tiempos de transformación que hoy se viven; “les salió el tiro por la culata”, pues nadie se tragó sus burdas mentiras.

La argucia del atentado contra la libertad de expresión quedó aclarada por el titular de la UIF en su exposición en La Mañanera del pasado 3 de julio, donde desmonta la farsa de quienes mintieron con ser perseguidos, afirmando categóricamente que ni a Loret ni a ningún otro periodista se les investiga.

A quienes sí se investiga por disposición de las normas del Sistema Financiero Internacional son a los dueños de ese consorcio empresarial llamado Latinus; no de ahora, sino desde mayo de 2021, cuando la UIF presentó la denuncia ante la Fiscalía General de la República por los presuntos delitos de corrupción y de operaciones con recursos de procedencia ilícita, rastreados de 2019 a 2024, y que suman 2 mil 437 millones de pesos, detectados por el sistema financiero ante irregulares transacciones realizadas por dos de las cinco empresas que integran el consorcio Latinus, registrado fiscalmente en Delaware, EUA, un paraíso fiscal que tiene fama de operar recursos financieros de dudosa procedencia, y donde Latinus recibe todos sus ingresos de arcas públicas como el TEPJF y de gobiernos de algunos estados a los que facturaban medicinas y servicios de salud, a través de otras empresas factureras.

Todas estas tranzas, más el pago a periodistas de Latinus, se manejan desde ese paraíso fiscal. “Para vergüenza no ganan”.

 

*Expresidente del CEE de Morena