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Causas vacías



JOSÉ LUIS NEGRETE ÁVALOS


Jueves 11 de Julio de 2024 8:05 am


Es necesario observar dónde está ubicado el sistema de partidos que orienta particularmente el acontecer político mexicano, y si se considera realmente la validez en la integración de los institutos políticos, ante el aparente desfase de las acciones y los retos que deben asumir como espacios de discusión y pluralismo, mismos que se consolidaban con propósitos de gestores ideológicos.

En la realidad, todo rastro de ese fin fundamental, como grupos o asociaciones que buscan trasladar con el acceso al poder  una intención de proyecto de país que ayude a la mejora social, deja ver un hecho concreto y alarmante.

La particular crisis y complicación de ese mismo sistema de partidos afecta la distinción del multipartidismo, característica que en la teoría podría ser un reflejo democrático, y que en años anteriores pareció afianzarse como efecto de las luchas, de los derechos político electorales, de la consolidación de instituciones que figuraron bajo el proceso de la autonomía y de la lógica de la participación, que es reconocible en el INE y el Tribunal Electoral del poder Judicial de la Federación ( TEPJF), entre otros.

En tal caso, la pregunta aparente es la siguiente: ¿el sistema de partidos en México se ha vuelto obsoleto y vacío para las causas sociales?

La respuesta que podría satisfacer esa cuestión sin duda es bastante amplia; por ello, es necesario analizar a detalle los elementos presentes, para que surja una explicación. En tal caso, la realidad está dejando ver una crisis de credibilidad y falta de respuesta directamente en las bases de los partidos políticos, pues parece muy distinta la visión de estos institutos respecto a la visión de los cuadros, simpatizantes y grupos sociales que los complementaban.

Sin duda, con ese vacío y falta de efectividad de las fuerzas políticas, está en riesgo su propia existencia, con la posibilidad de quedar frente al poder como simples espectadores que niegan en su actuar la posibilidad de equilibrio en la oposición, deliberación y debate a conciencia. Es un sistema de partido que se degrada y enferma gravemente, en cuotas de interés, sin cura aparente en el horizonte.