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ENTRE JARDINES Y GLORIETAS



MARIO ALAVEZ*

A buena hora…


Lunes 15 de Julio de 2024 8:06 am


En la semana anterior vimos cómo el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, amaneció sin ser el mismo. Dijo lo impensable: reconoció errores.

Así como usted lo lee. Si no es un fanático de La Mañanera, le cuento. Por allá de 2019, estuve presente en la primera conferencia de prensa de la dependencia que entonces se llamaba Secretaría de Comunicaciones y Transportes, y que, también entonces, lideraba Javier Jiménez Espriú.

Ahí estaban todos los medios nacionales, y algunos internacionales, en una mesa que le daba la vuelta al Rey de Colimán. En ese momento, los temas centrales eran la cancelación del Aeropuerto de Texcoco y la conclusión del Tren México-Toluca.

En esa reunión con medios, esperada por muchos, uno de los exsecretarios con más experiencia del Gabinete de López Obrador, sabiduría reflejada en sus sienes platinadas, dijo que en diciembre de 2022 iba a estar listo ese tren.

La administración recibió una de las obras más importantes del peñato con un avance de 87 por ciento, pero faltaron a su palabra. Nomás les faltaba 13 por ciento y ni así quisieron terminarlo. Y digo quisieron, porque si hubo cientos de miles de millones de pesos para construir el Tren Maya (a medias), el AIFA y la refinería Olmeca (que todavía no refina), simplemente no tuvieron ganas de terminar el Tren Interurbano.

Pero más allá de todo eso, la verdadera revelación fue que el presidente reconoció que el Tren México-Toluca no va a estar listo este sexenio, y más aún, que se “equivocó” (así como lo lee) con el Insabi. Un poco tarde para mi gusto, pero algo es algo.

 

DE LA LIBRETA…

No tuve el honor de conocer a Davide de la forma tradicional. Cuando llegué a esta tierra, él ya había partido; sin embargo, lo conocí a través de su legado. Una de las primeras aventuras con mi familia en Colima fue el Sábora Fest.

Con su oferta musical, vinícola y carnívora, la idea me conquistó de forma inmediata. Así que caminamos hacia el Jardín Libertad en una noche relativamente fresca, pero llena de tranquilidad. El ambiente era relajado, sin duda un festejo diseñado para chicos y grandes.

Unos meses después, a través de compañeros de trabajo, me enteré que ese encuentro anual fue ideado por Davide Arena, junto con el Festival del Volcán. Además, supe en ese momento que era un asiduo colaborador de Diario de Colima, donde narró sus andanzas como reportero internacional, bon vivant, padre, esposo, hermano, empresario, funcionario, etcétera.

Pero cuando realmente quedé asombrado, fue al encontrar una recopilación de sus trabajos en el libro In vino veritas, un obsequio entrañable de Emiliano Arena, quien hoy hace sus pininos en este rotativo como practicante.

“En el vino está la verdad”; sin duda es una frase poderosa que acompaña las anécdotas y hechos que vivió el italiano que adoptó a Colima. Las columnas detallaron aventuras en Piamonte, reencuentros enmarcados por una infinita humanidad y ternura, y sucesos como la caída del muro de Berlín, que vivió en carne propia, pero desde una perspectiva lejana a la nota dura. Más bien, sus historias son íntimas, sencillas y, al mismo tiempo, tan complejas como contar en 3 mil caracteres una vida entera. Son historias con alma.

 

*Director de Diario de Colima