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La esperanza de las mujeres invisibles



PATRICIA GONZÁLEZ GÓMEZ


Miércoles 17 de Julio de 2024 7:55 am


Claudia Sheinbaum marca la historia, ya que será la primera presidenta de México, y esto nos lleva a pensar en la esperanza de un país donde comencemos a percibir una verdadera convivencia en la diversidad, llena de equidad e inclusión.

Como punto de partida, es importante tomar en cuenta que, en México, al menos 22 millones de mujeres viven con alguna discapacidad o limitación y sufren 10 veces más violencia de género, siendo éste un colectivo particularmente discriminado y excluido debido a las barreras que diariamente deben enfrentar para el reconocimiento y la realización de sus derechos.

Si eres mujer y estás leyendo esto, piensa en el primer juguete que te regalaron. No sería una excepción que te hayan regalado una cocina, y no un libro con experimentos de ciencia para niños. Muchas veces se les ofrece a las niñas juguetes asociados a los roles que se espera de ellas en la sociedad. Ahora imagina ser una mujer con discapacidad, que creció con estos roles y juegos que hacen que permanezca invisibilizada y que, desde que tiene conciencia, a diario ha luchado por romper brechas de género y las barreras impuestas por su condición.

¿Igualdad, equidad o inclusión? Igualdad significa tratar a todos por igual: cada persona o grupo de personas recibe los mismos recursos y oportunidades. Equidad significa proporcionar recursos y oportunidades que se ajustan a las necesidades o circunstancias específicas de esa persona o grupo y, de ese modo, poder alcanzar un resultado igualitario. Por tanto, para obtener resultados equitativos y justos hay que reconocer que cada persona parte de un punto diferente. ¿Inclusión? Ésta busca que se fomente y garantice que toda persona sea “parte de”, y que no permanezca “separado de”.

La perspectiva de género debe trabajarse de manera transversal y es aquí en donde las mujeres con discapacidad deben ser visibles. Desgraciadamente, aunque la próxima presidenta ha abordado la cuestión de igualdad de género, no se ha posicionado como defensora de los derechos de las mujeres ni ha dado un mensaje claro sobre la discapacidad: “Mi experiencia personal reforzaría mi determinación de trabajar por un gobierno que valore y apoye a cada persona, independientemente de sus capacidades, etnia, sexo u origen socioeconómico, con un enfoque en donde la inclusión y la equidad son fundamentales para compartir la prosperidad de nuestro país”.

Presidenta: Mírame bien, yo también soy mujer.

 

*Directora de Sin Condición