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MALAS COMPAÑÍAS



MARIO ALBERTO SOLÍS ESPINOSA

Derecho al esparcimiento


Viernes 19 de Julio de 2024 8:13 am


La temporada vacacional de verano que se extiende a lo largo de un mes pone de manifiesto el rezago que adolece Colima en materia cultural, lúdica y de esparcimiento, por la carencia de una oferta variada, incluyente y de calidad que atienda las necesidades de una sociedad diversa.

Más allá de los destinos de playa o sitios populares que se ubican en márgenes de ríos y lagunas, escasean las alternativas para quienes no disponen de los recursos económicos o simplemente no contemplan salir del estado durante este periodo de asueto.

En los últimos años, la entidad ha sufrido una serie de retrocesos que también impactan en el sector cultural y recreativo, pues lejos de incrementarse, han disminuido los sitios destinados a estas actividades, tanto los auspiciados por entidades gubernamentales como los de ámbito privado.

Uno de los casos más emblemáticos es el Parque Regional Metropolitano, un espacio que durante muchos años fue punto de convivencia social. Con el objetivo de mantener dicha premisa, el Gobierno estatal ejecutó, en 2008, una profunda remodelación que permitió al lugar recuperar su esplendor, aunque este no duró mucho.

En el gobierno de Ignacio Peralta Sánchez tal espacio fue privatizado; una decisión absurda que provocó el declive y la pérdida de su identidad. Ahora permanece cerrado y su destino es incierto, no obstante atesorar una larga tradición como referente de la historia colimense.

Otro ejemplo es el Museo de las Culturas de Occidente, vedado al público desde el sismo de 2022 por los daños que sufrió el edificio de la Casa de la Cultura en Colima, mismos que han sido reparados a cuentagotas y sin convicción por parte de la administración estatal.

Dicha situación explica en buena medida las cifras proporcionadas por el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI), mismas que colocaron a Colima como la entidad del país con el menor número de visitantes a museos durante 2023. Resultado lógico si existen muy pocos sitios para visitar.

Los niños, adolescentes y jóvenes tienen pocas opciones para darle un sentido provechoso a sus vacaciones. Cierto que hay cursos de verano, pero no todos pueden pagarse uno, en otros casos, las ofertan distan mucho de ofrecer a los asistentes esparcimiento de calidad.

Para este sector tendría que impulsarse, desde los tres niveles de Gobierno y la iniciativa privada, la apertura de parques temáticos que no solo contemplen el aspecto lúdico, sino también educativo de los asistentes. Pero tal parece que un modelo sin lucro o posibilidad de ganancias, no le interesa a quienes toman decisiones.

La difusión de la cultura en el segmento juvenil es prácticamente inexistente, se les deja a expensas de las redes sociales y las modas superficiales, para no invertir en estrategias sólidas que les permitan reencontrarse a través de la música, el baile y otras expresiones artísticas.

Los miles de estudiantes colimenses que durante semanas no acuden a centros educativos ni tienen la posibilidad de acceder a cursos particulares disponen de pocas opciones, sufren la carencia de políticas culturales que impulsen el desarrollo de actividades plurales, inclusivas y accesibles para todos.

Este atraso y la dejadez de las autoridades tienen consecuencias, pues cancelan la posibilidad de que amplios sectores de la población tengan un contacto cotidiano con museos, librerías, conciertos, exposiciones itinerantes y otras actividades que acercan a los individuos con otras formas de pensar y concebir el mundo, promoviendo la tolerancia, la paz y el crecimiento personal.