¿Merecidas vacaciones?

LUNES POLÍTICO
Lunes 22 de Julio de 2024 1:06 pm
Desde el pasado lunes 15 de julio y hasta fin de mes, los
diputados integrantes del Congreso del Estado se encuentran de vacaciones, a
pesar de que al menos una docena de ellos no había cumplido ni un mes de
reintegrarse a sus labores, tras las campañas políticas. En el Periódico Oficial El Estado de Colima se publicó el
acuerdo parlamentario mediante el cual se autoriza dicho periodo de asueto,
tiempo en el que no se recibirá correspondencia y tampoco se contabilizarán los
días para el trabajo legislativo, es decir que el edificio permanecerá
completamente cerrado. Indudablemente, los días de descanso son un derecho de los
trabajadores; sin embargo, en el caso de los diputados, es cuestionable este
tipo de beneficio, pues la gran mayoría de ellos solamente se presentan a
laborar un día a la semana, cuando son convocados a sesiones ordinarias o en
sus comisiones. Además, debe tomarse en cuenta que la mitad de los tribunos
estuvieron separados de sus responsabilidades más de un mes, pues solicitaron
licencia para separarse del cargo y buscar la reelección o un nuevo cargo en
los recientes comicios. También se agrega todo el mes de marzo, establecido por la
Ley Orgánica del Poder Legislativo como el primer periodo de receso del año,
cuando raramente hay asistencia de los diputados a sus oficinas. Lo anterior implica que de enero a julio de este año, la
mayoría de los legisladores dispondrán de al menos 75 días por licencia, receso
o vacaciones; en todo caso sin atender sus obligaciones de revisar leyes,
fiscalizar los recursos públicos y gestionar beneficios para sus representados. Pero no termina ahí el calendario de asueto, pues antes de
concluir su gestión, en el mes de septiembre, los actuales diputados tendrán un
segundo periodo de receso, añadiendo otros 30 días a su abultado paquete de
beneficios, sin comparación con el común de la clase trabajadora. Al margen de su asistencia o productividad, los tribunos
colimenses reciben puntualmente su salario, mismo que asciende a más de 120 mil
pesos mensuales, incluyendo 70 mil pesos de dieta; 30 mil para actividades
legislativas; 10 mil por pertenecer a un grupo parlamentario y 15 mil para
fondo de ahorro. Resulta ofensiva la relación entre los nulos beneficios que
los diputados aportan a la sociedad y sus desproporcionados sueldos. Ganan
mucho y hacen poco, por no decir nada. Un sencillo análisis a su trabajo de los
últimos 3 años confirma la improductividad legislativa. En los pocos días que le restan a la 60ª Legislatura, sus
integrantes deberán atender al menos dos asuntos trascendentales: la regulación
de las mototaxis y la conclusión de los juicios políticos en contra del
exgobernador José Ignacio Peralta Sánchez y su exsecretario de Finanzas, Carlos
Noriega García. La adecuada conclusión de esos temas resarcirá en parte el
pésimo desempeño de los actuales representantes populares, quienes se
distinguieron por su escaso compromiso social, falta de ética profesional,
sumisión al grupo gobernante e inexistente voluntad para castigar la
corrupción. Basura,
círculo vicioso LA gestión inadecuada de residuos se ha convertido en un
problema en las tres zonas conurbadas del estado: Colima-Villa de Álvarez,
Tecomán y Manzanillo, exacerbado por la falta de conciencia de la población y
las deficiencias en los servicios de recolección de basura. Según la encuesta
del INEGI de 2023, a pesar de que el 84.8 por ciento de los encuestados en la
entidad está satisfecho con la recolección de basura, la realidad presenta
desafíos significativos que impactan la salud y el medio ambiente. Cada colimense genera en promedio 0.944 kilogramos de
residuos al día, lo que quiere decir que el estado de Colima genera 630 mil
toneladas al año de residuos sólidos. Este volumen inmenso de desechos, si no
se maneja adecuadamente, contribuye a la contaminación del aire, suelos y
cuerpos de agua. Uno de los mayores problemas es la disposición inadecuada
de la basura por parte de la población, que saca sus residuos en días y
horarios no permitidos a la calle. Además, los pepenadores, al recolectar
materiales reciclables, a menudo dejan los residuos desperdigados, lo que agrava
la situación ante las lluvias, ya que la basura es arrastrada y tapona las
alcantarillas y drenajes pluviales, causando inundaciones que ponen en riesgo
la salud pública y dañan infraestructuras. México tiene una cobertura nacional de recolección de residuos
del 83.87 por ciento, y de ellos solo el 31.56 por ciento son reciclables y el
46.42 por ciento son orgánicos. Sin embargo, la separación de residuos se
realiza en solo 144 municipios y en las 16 demarcaciones de la Ciudad de
México, lo que indica una falta de infraestructura adecuada y de políticas
efectivas para promover el reciclaje y la gestión integral de residuos. El pasado septiembre, el Senado de la República aprobó un
dictamen para solicitar a la Secretaría de Economía y a los gobiernos locales
campañas de concientización sobre el reciclaje de basura, a fin de mitigar los
efectos adversos de la contaminación de suelo y agua. Hasta el momento, en el
estado no se sabe de campaña alguna que se esté implementando. El impacto ambiental es significativo. Muchos residuos
terminan en vertederos, mares y ríos, emitiendo toxinas y gases de efecto
invernadero que contaminan los ecosistemas. Reciclar no solo reduce la cantidad
de basura que llega a los vertederos, sino que también hace un uso eficiente de
los recursos naturales al sustituir materias primas extraídas directamente de
la naturaleza. La solución requiere una mayor concienciación de la
población y las autoridades deben mejorar la eficiencia de los servicios de
recolección y establecer políticas más estrictas y efectivas para la separación
y reciclaje de residuos. Sin estos esfuerzos coordinados, el problema de la
basura continuará agravándose, con consecuencias graves para la salud pública y
el medio ambiente. Desenlace
similar El final del actual sexenio podrá ser diferente al pasado
referente a fechas, pero el hecho de que la figura presidencial se ausente del
escenario político tras su mandato no es nada fuera de lo común. Andrés Manuel
López Obrador, a diferencia de sus antecesores, no dejará Palacio Nacional en
diciembre, sino en octubre del presente año. Desde el año pasado, se presume que el mandatario
culminaría el periodo de su administración y se retiraría de la política. Él
mismo expresó no tener planes de asumir de nuevo un cargo político, sea en
México o en países extranjeros. Esa jubilación la llevaría a cabo en “La chingada”,
rancho de su propiedad ubicado en Chiapas. En sus conferencias matutinas ha
venido revelando detalles sobre lo que pretende hacer una vez deje la batuta en
manos de la virtual presidenta, Claudia Sheinbaum Pardo. Como él, líderes anteriores del Ejecutivo Nacional, una vez
finalizado el sexenio, se han retirado del ojo público, con la variante de que
otros expresidentes viven cómodamente en el extranjero, y López Obrador
seguirá, según dice, radicando en el país. Por supuesto, un elemento más que
podría recordar al fin del pasado sexenio son los rumores de divorcio en torno
al presidente y su actual cónyuge, Beatriz Gutiérrez Müller. Müller, académica e investigadora, ha escrito poesía,
narrativa y ha investigado en su campo de estudio sobre la conquista y el siglo
de oro. Ahora, al fungir como primera dama, habla sobre la publicación de su
libro Feminismo silencioso y sobre sus planes al terminar el sexenio de López
Obrador. A través de su canal de YouTube, referente a dicha etapa de
su vida, Müller comentó: “Los ciclos se cierran, comienzan otros, continúan
otros, como el de la maternidad y en este cierre, preparado y reflexivo, me
aboqué a escribir”. Además, ambos han afirmado que, aunque el actual presidente
decidió tomarse un descanso, ella y su hijo seguirán con sus ocupaciones
actuales, manteniendo visitas constantes entre ellos. Esto tal vez abonó a los rumores de divorcio, mismos que
han sido desmentidos de la misma forma que los del sexenio anterior, con
Enrique Peña Nieto y Angélica Rivera como protagonistas a solo 2 meses de haber
dejado el cargo. A pesar de que en esa ocasión fue la hija de Rivera quien lo
negó, no pasó mucho tiempo para que el exmandatario anunciara oficialmente la
disolución de su segundo matrimonio. Y a pesar de que pudiera existir una suerte de paralelismo
entre ambos desenlaces, y es difícil saber a ciencia cierta la veracidad de los
sonados rumores, es sin duda una extraña coincidencia que sigue llamando la
atención, aunque ambos matrimonios no fueran igual de mediáticos. La carga del
poder, aunque compartida, demuestra en estos casos ser considerablemente
extenuante. ¿Ya
para qué? LA retirada de Joe Biden subraya una preocupación
persistente sobre la edad y la capacidad física y mental en la política
estadounidense contemporánea. A pesar de los esfuerzos por negar cualquier
impacto de su edad en su desempeño, el calamitoso debate con Donald Trump dejó
al descubierto sus limitaciones y aumentó las dudas sobre su capacidad para
liderar en un periodo importante. Aunado a esto, se encuentra el hecho de que el expresidente
Trump fue víctima de un atentado en el que casi pierde la vida, pero el magnate
aprovechó el hecho para sacar raja política, y logró unir al Partido
Republicano en su figura. Enfrentando la implacable presión de sus aliados más
cercanos, a sus 81 años de edad, Biden finalmente cedió ante la realidad de
encuestas desfavorables y el desánimo de los donantes, lo que marca el fin de
su propia carrera electoral y vida política, tras finalizarse su mandato en
enero. El presidente, aislado por Covid-19 desde los últimos días
de la semana pasada, delegó la tarea de enfrentar a Donald Trump a otros. Sin
embargo, esto deja al Partido Demócrata en una posición precaria. Con solo 110
días antes de las elecciones, los demócratas se enfrentan a la urgente tarea de
encontrar un sucesor viable. El reemplazo más probable de Biden es su vicepresidenta,
Kamala Harris. De origen afroamericano, Kamala fue fiscal de California, así
como senadora representando a ese estado. Fue seleccionada como presidenta tras
finalizarse las elecciones primarias del partido demócrata, en las que Harris
participó. Durante el gobierno de Biden, fue una persona oscura, en el sentido
de que tuvo menos presentaciones en público que sus antecesores, por lo que es,
en parte, desconocida por un gran sector de los estadounidenses.
Sorprendentemente (¿o no?), Harris es más impopular que Joe Biden, pero es
vista como una mejor opción para derrotar al movimiento MAGA. Si Biden se hubiera retirado antes, el partido podría
haberse preparado para apoyar a otro candidato, más joven y enérgico, que
podría derrotar a Trump. El propio Biden, cuando buscaba ser senador en los
años 70 decía, “es hora de que los jóvenes tomen las riendas de este país”.
Ahora, ese mismo reclamo se lo hacían a él.
Con Trump ganando fuerza y mostrando ventaja en las
encuestas, los demócratas deberán enfrentar la pregunta de si podrían haber
evitado esta situación. El retiro tardío de la contienda por parte de Biden ya
no tiene un efecto positivo para los demócratas, ¿ya para qué?