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HORACIO ARCHUNDIA

Conflicto vial de transporte pesado


Lunes 22 de Julio de 2024 8:04 am


Para quienes desconocen cómo funciona el puerto comercial, resulta fácil culpar a la Asipona del caos que provocan los camiones de carga pesada en carreteras y avenidas. Es sencillo responsabilizar a una sola dependencia de lo que ocurre, sin reflexionar que es un problema de todos. Si se trata de deslindarse, la Asipona podría decir que su competencia termina dentro de los muros del recinto portuario. Pero no, la Asipona no se ciega ante el problema; lejos de eso, se trabaja en agilizar trámites, despachar carga, facilitar procedimientos, poner orden. De la decisión de poner orden, controlar la operación del puerto, hacer valer las normas y regularizar la actividad como establece la ley, se deriva el caos externo.

Es decir: dentro del puerto hay orden, eficiencia y eficacia. Por eso afuera hay descontrol, porque por primera vez se están haciendo valer las reglas de operación al 100 por ciento. Eso genera desconcierto en quienes estaban acostumbrados a no preocuparse por cumplir cabalmente reglamentos y normas. Hay muchos factores a tomar en cuenta respecto al conflicto vial que padecemos debido a la movilización de carga pesada. Primero hay que entender que cada dependencia y empresa involucrada en la actividad portuaria debe hacer su parte.

El ayuntamiento, por ejemplo, debe poner agentes de tránsito a controlar vehículos, porque el tramo hacia Jalipa es una carretera municipal. La Asipona debe apoyar al municipio en esas tareas; los constructores deben trabajar para acelerar obras y contribuir a despejar tramos saturados vialmente; también, ellos deben apoyar con más señalización y control del tráfico; los transportistas deben obedecer las normas y respetar a los agentes de vialidad.

Los propios transportistas, principales generadores del caos, deben respetar los planes de movilidad establecidos; tienen que instruir a sus choferes para que no se estacionen en lugares prohibidos, a fin de no obstaculizar a otros conductores; los choferes están obligados a llevar sus vehículos con civilidad y cortesía con otros trasnportistas y con la ciudadanía. Pero no lo hacen.

El principio del desorden está en la competencia brutal entre los camioneros que ya saben que hay saturación y le entran al desbarajuste, tope donde tope. Por su parte, las terminales deben organizar adecuadamente sus citas; los agentes aduanales, asignar de manera más eficiente las citas y en mayor amplitud de horarios; la aduana, abrir y mantener su esquema de modulación de carga, y los medios de comunicación, dejar de criticar y apoyar los esfuerzos de las autoridades; llamar a todos los actores a sumarse; evitar politizar este tipo de situaciones. En tanto no entendamos que es una labor de todos, porque de la buena marcha de las cosas en el puerto habrá siempre buenos resultados para la ciudad, no avanzaremos.

Es muy cómodo lanzar dardos envenenados, apostándole al repudio hacia la Asipona y al puerto. Pero olvidamos que el puerto comercial es la columna vertebral de la economía del Estado y debemos cuidarlo y apoyarlo para que a Manzanillo le siga yendo bien. Esto es un llamado a la conciencia de los ciudadanos. Es tiempo de valorar la estabilidad que nos produce.

Cuando todos hagamos lo que nos corresponde, comenzarán a funcionar las cosas. La Asipona mantiene comunicación constante con todas las dependencias y empresas integradas en el quehacer portuario con el fin de resolver el conflicto de movilidad que sufre Manzanillo. Ni está descuidando el tema ni es sorda ante el clamor ciudadano. Falta que todos los que tienen que aportar, lo hagan decisivamente.

Por hoy, buen día.