Paralelismos distantes
JOSÉ LUIS NEGRETE ÁVALOS
Jueves 01 de Agosto de 2024 8:44 am
Es válido considerar quién o quiénes asumen el poder
político dentro de un país, pues entendiendo que cada nación tiene distintas
formas de organización para el ejercicio público, estas pueden determinar el
tiempo y las diversas maneras de acceso a ese poder. Por supuesto, una de las más comunes es la realización de
elecciones periódicas, precisamente donde existe la democracia como elemento
esencial para la participación del pueblo en la toma de decisiones, sobre todo
en la elección de sus representantes. Pero la perspectiva para entender la forma de organización
política no se establece de la misma manera en todos los regímenes, ni en todas
las circunstancias y entornos, puesto que existe la posibilidad de distinción,
teniendo presente el riesgo de una forma negativa e incorrecta de acceso al
poder. Tal cual lo planteaba en la antigüedad Aristóteles, desde
el paso de la oligarquía, hasta la tiranía, donde el primero hace referencia al
poder de pocos, y el segundo al poder que se concentra en una sola persona,
provocando un riesgo inminente de perpetuar su posición. Pero el cuestionamiento que puede surgir es el siguiente:
¿el riesgo de la transición y paso de la democracia a la oligarquía puede
propagarse rápidamente? La respuesta se da a partir del caso Venezuela, en donde
con el paso del tiempo, las estrategias directas de permanencia en el poder han
sido la fuerza y la violencia; sin embargo, también es cierto que los
paralelismos, es decir, ideas o conceptos que no están enteramente
relacionados, pero que comparten situaciones o características comunes, pueden
darse. En este caso, refiere a la situación al encontrar o no la
oportunidad democrática. El caso mexicano, por ejemplo, se ha determinado a
partir de la intención y desarrollo de un sistema democrático en elecciones
periódicas, inclusive cambios en la configuración del poder y el acceso de las
fuerzas políticas, para la representación de causas, pero al mismo tiempo su
consolidación ha tenido retrasos y riesgos.
Es necesario que las instituciones encargadas de garantizar
la civilidad y la organización del poder político, estén orientadas siempre a
buscar la participación, la legalidad plena, para permitir al tiempo afianzar
el bien común y dejar paralelismos distantes.