Amenaza a la salud
LUNES POLÍTICO
Lunes 26 de Agosto de 2024 8:16 am
La incidencia del dengue en Colima se ha convertido en la
principal amenaza para la salud de los colimenses, reconoció el titular de la
Secretaría de Salud en la entidad, Víctor Torrero Enríquez, ante el preocupante
incremento de los casos en las últimas semanas. De acuerdo con la Dirección General de Epidemiología, hasta
el 19 de agosto se habían confirmado más de 2 mil casos en la entidad, dos
fallecimientos y alrededor de 10 mil contagios probables. Dichas cifras colocan
a la entidad en el primer lugar de incidencia en el país. En el marco del Día Internacional contra el Dengue, que se
conmemora hoy, las autoridades de Colima apenas comienzan a reaccionar ante la
emergencia que se anticipaba desde los primeros meses del año, cuando el número
de casos ya presentaba diferencias sustanciales respecto a 2023. A través de la Secretaría de Salud, el gobierno estatal
finalmente intensificó las campañas de nebulización, así como la presencia del
personal que entrega larvicida en los domicilios, pues queda claro que la
manera de mitigar la presencia del vector es impidiendo su reproducción. La atención hospitalaria es uno de los principales retos en
la epidemia que enfrenta Colima, pues son recurrentes las quejas de la
población al momento de acudir a recibir atención médica, con largas esperas y
atención deficiente por parte del personal sanitario. El incremento en la demanda hospitalaria llega justo en un
momento de transición en el sector salud, cuando hay incontables deficiencias
que pauperizan el servicio para quienes deben atenderse en el ámbito público,
es decir, la mayoría de los colimenses. Si bien hay disponibilidad de camas para recibir los casos
más graves, el primer contacto con los pacientes no es el adecuado, pues se les
expone a permanecer largas horas en las salas de espera y en algunos casos, son
atendidos hasta el día siguiente. En las próximas semanas, críticas según el secretario de
Salud, las dependencias oficiales tendrán que tomar las medidas adecuadas para
eficientar la atención médica, al margen de las acciones inmediatas que se
requieren para inhibir los contagios. Cierto es que a la sociedad le corresponde actuar en
materia de prevención, pero también lo es que durante muchos meses las
autoridades fueron omisas y desdeñaron las advertencias que representaba el
aumento de los casos cuando todavía no llegaba la temporada más alta de
reproducción del mosco Aedes aegipty. No es el momento de repartir culpas, sino de reaccionar con
claridad ante la circunstancia actual y garantizar la salud de la población;
aunque también es cierto que durante el proceso electoral pasado, por ejemplo,
nada se mencionó acerca del dengue en Colima. Se espera que en esas tareas el
gobierno estatal muestre sus mejores capacidades y tome las mejores decisiones. Coordinadamente, sociedad civil y gobierno, pueden hacer
frente a esta coyuntura que exige responsabilidad y compromiso. La ejecución de
tareas compartidas permitirá superar la delicada situación, así ha sucedido en
otras etapas de la historia local y esta vez no será la excepción. Una
moto para salvar vidas En la ciudad de Colima, conocida por su crecimiento urbano
y la densidad de tráfico en ciertas zonas, la implementación de moto
ambulancias representa una solución innovadora y efectiva para mejorar los
tiempos de respuesta ante emergencias, estas motos, diseñadas específicamente
para la atención prehospitalaria, ofrecen múltiples ventajas que pueden hacer
la diferencia entre la vida y la muerte en situaciones críticas. Las moto ambulancias son una solución innovadora y
eficiente en la atención médica de emergencias, especialmente en entornos donde
la rapidez es crucial y las ambulancias tradicionales pueden enfrentar
obstáculos, pues gracias a su capacidad para moverse ágilmente a través de
tránsito vehicular denso, acceder a caminos estrechos o alcanzar áreas remotas
les permite llegar más rápido a los pacientes. Gracias a que se encuentran equipadas con los recursos
esenciales, como lo son desfibriladores, kits de primeros auxilios y oxígeno,
estas motos no sólo permiten una intervención inmediata, también juegan un
papel vital en la estabilización de los pacientes hasta que llegue una
ambulancia convencional. Además, su implementación puede mejorar la eficiencia del
sistema de respuesta a emergencias, optimizando los recursos y garantizando que
las ambulancias tradicionales estén disponibles para los traslados más
complejos. Las moto ambulancias representan una respuesta rápida y eficaz a la
necesidad de atención médica urgente, especialmente en entornos urbanos
congestionados o rurales de difícil acceso. Por otro lado, operar y mantener una moto ambulancia es
mucho más económico que una ambulancia tradicional, esto no sólo representa un
beneficio para el sistema de salud local en términos de ahorro, también permite
desplegar más unidades en la ciudad, aumentando la cobertura y la capacidad de
respuesta ante emergencias. Implementar el sistema de moto ambulancias en Colima no
sólo mejorará los tiempos de respuesta, sino que fortalecerá el sistema de
salud local al ofrecer una opción adicional para la atención de emergencias, lo
cual, a su vez, generará mayor confianza en los servicios de emergencia, ya que
los ciudadanos saben que pueden recibir ayuda rápida y eficaz, sin importar
dónde se encuentren. En resumen, las moto ambulancias son una adición valiosa al
sistema de emergencias de Colima, proporcionando una solución efectiva y
accesible para mejorar la atención médica en situaciones críticas y, en última
instancia, salvar vidas. ¿Ahora
sí habrá salud? Se ha dado tal importancia a la reforma judicial, que el
impacto que ha generado es de escala ya internacional. Sin embargo, valdría la
pena tomar en cuenta que hay 17 reformas más en el paquete, referentes a
diversos temas, que tienen como propósito, según lo señaló el propio Andrés
Manuel López Obrador, fortalecer principios del “humanismo mexicano” y
repercutir en el avance del movimiento de transformación que inició con su
administración. El paquete de reformas, en tal supuesto de ser aprobadas,
beneficiaría a comunidades indígenas, adultos mayores, personas con
discapacidad, además de mejorar los sectores salud y educación, y trabajar en
contra del maltrato animal, la deserción escolar y el daño al medio ambiente,
entre muchos otros temas, modificando artículos de la Constitución vigente
desde 1917. La reforma de sistema de salud universal, por ejemplo,
buscaría garantizar atención médica que incluya estudios, intervenciones
quirúrgicas y medicamentos requeridos. En sus palabras, el Estado, por medio de
esta reforma, garantizará atención médica integral, universal y gratuita. Suena
un plan más que oportuno, y benéfico para las y los mexicanos; también suena a
un panorama lejano a la actual situación que se vive en dicho sector. Por medio de la plataforma Soy Paciente, hace 4 meses, el
director del Centro de Investigación en Políticas, Población y Salud de la
UNAM, Gustavo Olaíz Fernández, habló en el webinar llamado Propuestas para el
Sistema Nacional de Salud sobre las áreas de oportunidad actuales en el sistema
de salud y sus retos a mediano y largo plazo. Llama la atención que el médico
dijera que, en tal rubro, México sufre un deterioro de 45 años, debido al
momento crítico por el que pasa. A nivel estatal se tiene prueba fehaciente de las carencias
que el sector salud ha tenido que sobrellevar, en especial desde la gestión de
la pandemia por Covid-19, mismas que persisten aún; los medicamentos escasean,
el servicio de atención se encuentra rebasado, falta de insumos suficientes, y
una situación laboral para personal médico que deja mucho a desear. Es necesario, como mencionó Olaíz Fernández, mejorar el
acceso y reflexionar sobre la organización que se lleva para encontrar lo que
es posible mejorar a la brevedad, así como generar estrategias con bases
razonables para ser funcionales; urge una introspección sobre el actual sistema
de salud, dejando de lado a Dinamarca. Se necesita una serie de ajustes al servicio de salud, es
cierto; ¿se logrará algún avance contundente después de 6 años de aparente
retroceso antes de que el sector se vea irreparablemente rebasado? Delfina
de aguas negras “EL PRI que robó más nos daba soluciones”, así confrontó un
vecino desesperado a la gobernadora del Estado de México, Delfina Gómez
Álvarez, durante uno de sus recorridos por las colonias afectadas por la
inundación de aguas negras que, desde principios de mes, se han ido acumulando
y no han conseguido solucionar. La frustración del vecino era palpable al
recriminarle a la exdelegada del gobierno federal: “Yo trabajo en una cocina,
yo le pagué a mis compañeros para que votaran por Morena. ¿Y qué han hecho?”. En su segundo intento, en junio de 2023, Delfina Gómez ganó
la gubernatura del Edomex, convirtiéndose en la primera mujer morenista en
gobernar lo que hasta entonces había sido un bastión del PRI, al que
pertenecían el expresidente Enrique Peña Nieto y el exgobernador mexiquense
Alfredo del Mazo, a quien el líder del Revolucionario Institucional, Alito
Moreno, acusó de inclinarse “al poder de Palacio Nacional; tu único propósito y
misión siempre fue servir al gobierno federal, ser su esquirol y su esclavo
político, a cambio de impunidad”. Sin embargo, la administración de Delfina Gómez ha sido
objeto de duras críticas, especialmente cuando se le recuerda su pasado como
alcaldesa de Texcoco (2013-2015), donde admitió haber retenido el 10 por ciento
de los salarios de los trabajadores para beneficiar a Morena. Aunque el INE
sancionó al partido con una multa de 4.5 millones de pesos en 2021, Gómez y
otros involucrados nunca fueron penalizados, a pesar de que los ilícitos no
habrían podido ocurrir sin su participación. La historia de Delfina Gómez no se detiene ahí. En
diciembre de 2020, el presidente Andrés Manuel López Obrador la nombró
secretaria de Educación Pública, un puesto estratégico que precedió a su
eventual ascenso como gobernadora. Pero su gestión ha estado marcada por la sombra
de la corrupción y el mal manejo de crisis, como la reciente inundación en
Chalco. El viernes pasado, el presidente López Obrador acusó a los
medios de comunicación de utilizar las inundaciones para cuestionar el
desempeño del gobierno. Sin embargo, su retórica ignora la realidad de muchas
familias que, además de haber perdido su patrimonio, siguen viviendo entre
aguas fétidas, expuestas a enfermedades respiratorias, de la piel y
transmitidas por vectores como el dengue, mientras esperan una ayuda que no ha
llegado. Mientras tanto, el presidente parece más preocupado por su investidura
presidencial que por la salud y bienestar de los ciudadanos.
La administración de Delfina Gómez, lejos de ser la
solución que muchos esperaban, se ha convertido en un símbolo de la continuidad
de las viejas prácticas políticas: promesas incumplidas, falta de rendición de
cuentas y un gobierno más preocupado por su imagen que por las necesidades de
la población. La situación en Chalco es sólo el reflejo de un gobierno que ha
olvidado su verdadera razón de ser: servir a la gente.