La justicia es primero
JULIA LICET JIMÉNEZ ANGULO
Martes 27 de Agosto de 2024 8:27 am
Se manifestaron en todo el país miles de trabajadores del
Poder Judicial de la Federación el día de ayer, ante la terrible reforma que el
partido oficialista planea aprobar en pocos días. Es inconcebible que hayan
simulado escuchar a las y los trabajadores con los foros estatales, que se
convirtieron en una farsa para quienes día con día luchan por una justicia
imparcial. México no merece una reforma que sobaje a un Poder de la
Unión por medio de tretas del partido hegemónico; México necesita una justicia
real. Sí una reforma, pero no en los términos que se está presentando ni de la manera
que se hace, con prisas, como lo mencionó el presidente de Morena, una reforma
a manera de “regalo” ante la salida del Presidente. ¿Esto es lo que Morena cree que merece México? Una reforma
judicial y, por supuesto, directamente a la Constitución, siendo aprobada más
como regalo que por una base de estudios teóricos, análisis y opiniones. Las politiquerías con las que Morena intenta convencer a la
ciudadanía de la necesidad de esta reforma son solo eso: palabras. La realidad
es que esta reforma limita todo el poder de quienes imparten justicia y elimina
por completo las responsabilidades de que pudieran ser castigados quienes hoy
nos gobiernan. En términos simples, hablemos de una parte de esta reforma:
si, por ejemplo, enfermas, vas al seguro público y no te dan los medicamentos
necesarios, hoy puedes interponer una demanda para que el Gobierno cumpla con
su papel de brindarte un sistema de salud completo. Con la nueva reforma no
procederá interponer este trámite; la justicia no estará de tu, lado sino de
quien tiene el poder. Además, esta reforma busca debilitar a la Suprema Corte de
Justicia de la Nación, ya que se pretende que las y los ministros sean elegidos
mediante voto popular. Lo peligroso es que las y los mexicanos solo podrían
votar entre las opciones que mande en presidente y la mayoría oficialista. La elección popular directa de jueces y magistrados
incrementaría la politización de la justicia. Al someter a estos cargos a
elecciones, se corre el riesgo de que las decisiones judiciales se vean
influenciadas por intereses políticos o populares, en lugar de basarse
estrictamente en el derecho. La selección mediante elección popular podría desplazar los
criterios de mérito y capacitación especializada por los de popularidad o
habilidades en campaña, lo que no necesariamente garantiza que los elegidos
sean los más capacitados para ejercer las funciones judiciales. Implementar elecciones para estos cargos implicaría un
costo significativo. Además, el proceso electoral podría generar polarización y
conflictos sociales, especialmente si los partidos políticos o grupos de
interés intentan influir en las elecciones. La organización de campañas y elecciones para estos cargos
podría complicar aún más el ya de por sí extenso calendario electoral mexicano,
aumentando la carga sobre las instituciones electorales y posiblemente
distrayendo la atención de elecciones legislativas y ejecutivas
Es por esto y mucho más que respaldamos las marchas y
protestas de los tribunales en todos los estados; entendemos su sentir y su
preocupación por que México se convierta en una dictadura. Es momento de
unirnos a su lucha y, junto con sociedad civil, no permitir que esto sea la
última estocada de un gobierno de corrupción y mentiras. Desde Acción Nacional
y, por supuesto, desde el Congreso de la Unión, defenderé hasta las últimas
instancias la justicia imparcial y transparente.