RAZONES
JORGE FERNÁNDEZ MENÉNDEZ
Reforma judicial: ceguera y mentiras
Miércoles 28 de Agosto de 2024 8:41 am
El presidente dijo que pondrá en pausa (lo que eso quiera
decir) la relación con las embajadas de EUA y Canadá por las críticas que han
hecho a la propuesta de reforma judicial. Tendrá que poner en pausa prácticamente toda su relación
con los países democráticos, sus instituciones y medios, porque todos los
medios de referencia a nivel mundial han criticado duramente esa iniciativa de
reforma; lo han hecho organizaciones empresariales nacionales y extranjeras,
funcionarios de la ONU, de organizaciones judiciales y de abogados de varios
países. La única respuesta de la futura administración federal ante
esa avalancha de descalificaciones ha sido de una simpleza absoluta. Ebrard,
próximo secretario de Economía, le escribió un mensaje en tono burlón a Ken Salazar
cuestionando de qué hablaba, si en EUA se eligen los jueces por voto desde hace
décadas. Arturo Zaldívar ha comparado esta reforma con la que propone Joe
Biden. Pero ninguno de los dos está diciendo la verdad o dicen una
verdad a medias: los jueces que se eligen en EUA son para cuestiones civiles y
estrictamente locales, se elige a los jueces que imponen multas de tránsito,
condenas por violencia familiar y, en el mejor de los casos, divorcios simples.
Aquí se pretende elegir por voto y sin condiciones a los que decidirán
extradiciones, delitos graves, tráfico de personas, constitucionalidad de las
leyes. Elegir jueces, magistrados y ministros para atender los
delitos federales sobre todo en la coyuntura de seguridad pública, interior y
nacional que estamos viviendo, será una tragedia. Olvidemos por un momento el procedimiento: como están las
cosas, no tendremos un sistema de justicia funcionando durante meses, habrá un
vacío de consecuencias insondables en muchos sentidos, desde los individuales
hasta los colectivos. Biden lo que quiere es que los ministros de la Corte
Suprema no tengan esos cargos a perpetuidad, como ahora lo tienen, sino por un
periodo determinado de tiempo. No tiene nada que ver con lo propuesto en
nuestro Congreso. Pero no sólo eso: nuestros convenios internacionales, como
el TMEC, el más importante de ellos, establecen normas que son de carácter
obligatoria, y por ende ponen límites a la soberanía, como la existencia de
instancias regulatorias autónomas en ámbitos energéticos, de competencia, de
telecomunicaciones y muchos otros, que deben ser respetados y que explican por
qué se conformaron las mismas en nuestros país.
Desaparecerles viola el Tratado. También lo viola no contar
con un sistema de justicia autónomo y confiable. No se entiende porque no hay
una comprensión en Palacio Nacional del mundo actual.