Hacia una sociedad inclusiva: reflexiones y compromisos para el futuro
VÍCTOR MANUEL VILLALOBOS CHÁVEZ
Viernes 30 de Agosto de 2024 8:23 am
EN estos tiempos, es fundamental reflexionar sobre nuestro
papel en la construcción de una sociedad más inclusiva. Como dijo Helen Keller:
“solos podemos hacer tan poco; juntos podemos hacer tanto”. Esta frase nos
recuerda que la fuerza de nuestras acciones no radica en el esfuerzo
individual, sino en la capacidad de trabajar en conjunto por un objetivo común:
la inclusión plena de las personas con discapacidad. El camino hacia la inclusión ha sido largo y lleno de
obstáculos. Durante décadas, las personas con discapacidad han sido
invisibilizadas, relegadas a los márgenes de nuestra sociedad. No por falta de
capacidad, sino por la falta de comprensión, empatía y acción de nuestra parte.
Hemos avanzado, sí, pero no podemos ignorar que, en muchos aspectos, hemos
llegado tarde. A nivel mundial, se estima que más de mil millones de
personas viven con alguna forma de discapacidad, lo que representa
aproximadamente 15 por ciento de la población global. En México, según datos
del Inegi, cerca de 20 millones de personas tienen alguna discapacidad,
limitación o condición mental. En nuestro querido estado de Colima, más de 6
por ciento de la población enfrenta alguna forma de discapacidad. Estas cifras
son un recordatorio de la urgencia con la que debemos actuar, pues detrás de
cada número hay una vida, una historia y una familia que requiere nuestro apoyo
y compromiso. Esta lucha es profundamente personal para mí. He sido
voluntario durante gran parte de mi vida porque he vivido la discapacidad desde
dentro, compartiendo desde muy temprana edad las situaciones y limitaciones que
esta problemática social conlleva, especialmente por el autismo de mis
hermanos. Estas experiencias me han mostrado, de manera clara y dolorosa, cómo
la indiferencia, los prejuicios y las malas prácticas han perpetuado un sistema
injusto y excluyente, causando un daño profundo y duradero. Debemos reconocer
que llegamos tarde, y eso es una realidad que no podemos ignorar. Lamentablemente, llegamos tarde por aquellas personas con
discapacidad que, pese a sus esfuerzos, hoy ya no están con nosotros. Sus vidas
son un testimonio de la lucha constante y de las barreras que nunca debieron
existir. En honor de los que ya no están, por los que están, y trabajando por
los que vendrán, debemos asegurarnos de que sus esfuerzos no hayan sido en
vano. Que su memoria nos impulse a construir un futuro más justo y digno para
todos. Es crucial que no solo promulguemos políticas, sino que nos
aseguremos de que estas se traduzcan en acciones concretas que cambien vidas.
No podemos permitir que los errores del pasado sigan dictando el futuro.
Debemos trabajar juntos, con determinación, para crear una sociedad
verdaderamente inclusiva, donde cada persona sea valorada por quien es y no por
lo que le falta. Hoy plantamos la semilla de un cambio real. Lo que
construyamos a partir de este momento puede y debe transformar vidas. Que este
sea un día recordado no solo por nuestras palabras, sino por el inicio de una
nueva era de inclusión. Sigamos adelante con esperanza, con corazón, y con la
certeza de que juntos podemos lograr un futuro más brillante para todos. Estoy aquí para servirles, con el firme compromiso de
trabajar incansablemente por una sociedad más justa e inclusiva. Las palabras
deben ser respaldadas por acciones, y es nuestro deber asegurarnos de que cada
política, cada proyecto, y cada esfuerzo esté enfocado en mejorar la vida de
aquellos que han sido ignorados durante demasiado tiempo. Que este sea el
inicio de un cambio que beneficie a todos, sin excepción.
*Director Ejecutivo de Fundación Mexicana de Autismo TATO