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Deja de huir de ti



RUTH HOLTZ*


Viernes 30 de Agosto de 2024 8:25 am


LOS problemas en nuestras relaciones con los demás nos generan mucho sufrimiento. Es un área fundamental en la que debemos sanar, desaprender y aprender nuevas formas de tratarnos unos a otros. A lo largo de nuestra vida podemos ser lastimados o lastimar y tener heridas emocionales que sanar, situaciones inconclusas que concluir y resolver dilemas inconscientes, resignarnos y resignificar. Pero para ello es indispensable dejar de huir. Las formas de huida de los problemas son múltiples, pues se disfrazan. Es importante reconocer lo que realmente pasa con nosotros y cómo nuestra historia se articula, se complementa con lo que generamos en la relación con los demás.

Las formas de huida pueden ir desde físicamente ausentarse cuando un problema se presenta hasta una sutil manera de evasión mental. Hay quienes, ante los problemas, “se van” a otro lugar: se van a la calle, van con sus amigos o a sus actividades de trabajo o recreación y “se olvidan”.

En casos menos drásticos se aíslan en alguna habitación o se ponen a hacer sus cosas y muestran indiferencia. Se justifican diciendo: “te dejé para que te calmaras”, “yo no quiero pelear”, o simplemente regresan como si nada hubiera sucedido. Las evasiones “de cuerpo presente” son también agresivas; la persona sigue allí pero su mente está en otro lado, o inclusive pueden seguir dialogando pero ya no hay ninguna conexión emocional, y actúan fríos e indiferentes. Los individuos que se comportan así en general están huyendo de resolver los problemas y esconden miedo o una disyuntiva sobre sus propios sentimientos que no saben cómo resolver.

Hay quienes enfrentan pero de manera drástica, agresiva, de manera impulsiva y visceral. Explotan, gritan y tratan de decir mucho, de justificar su posición, de reclamar su parte. Pero al enfocarse en que los han herido, “no escuchan” ni buscan solucionar nada, sólo quieren “hacerle pagar al otro lo que les hicieron”.

Es cierto que debemos enfrentar los problemas y no darles la vuelta, estar dispuestos y dar la cara ante los conflictos, pero una cosa es eso y otra es ser constantemente un gladiador atacando “a diestra y siniestra” ante la más nimia situación. Hay que saber cómo enfrentar un problema, tener tacto en el dónde y cuándo. Además, es indispensable estar dispuesto a escuchar a la otra parte y ser abierto a otras formas de ver las cosas sin tratar a como dé lugar imponer nuestro punto de vista.

Deja de huir de ti, de tus conflictos y de tu forma de ser, enfréntalo en psicoterapia.

 

*Psicoterapeuta

312 330 72 54 / 312 154 19 40

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