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Relación entre ansiedad e inseguridad



ROSA EVELIA VILLARRUEL FIGUEROA


Martes 03 de Septiembre de 2024 8:17 am


La inseguridad constante que experimentamos a diario ha generado enfermedades psicosomáticas, que solo benefician a las grandes farmacéuticas y al gremio médico, que ejerce la profesión desde el punto de vista mercantilista (con escasas excepciones) y que permea a toda una sociedad de consumo.

Algunas de las sintomatologías con las que nos encontramos son físicas, causadas por un deterioro natural evolutivo; sin embargo, en la actualidad, la mayoría de ellas tienen su origen en lo emocional, se convierten en dolencias físicas que, de no atenderse, nos llevan a situaciones graves en nuestra salud y en caso extremo hasta la muerte. El problema es que se atiende el síntoma corporal, dejando de lado el aspecto emocional como dato importante en la prevención de cualquier enfermedad.

¿Cómo se percibe la ansiedad? En ocasiones, el reflejo se siente en el estómago mediante un hueco que por más que intentemos llenarlo, el efecto de vacío sigue estando presente. Esto se debe a que no es comida lo que necesitamos para saciar dicha sensación, por lo que habría que hacer una revisión de carencias afectivas que no han sido suficientes para tener satisfechas nuestras necesidades de cariño y contención.

La opresión en el pecho y falta de aire es la sintomatología más común que se relaciona con la sensación de peligro personal, familiar y social. Todos nacemos requiriendo satisfacer necesidades que, dependiendo cómo se vayan cubriendo en nuestro desarrollo, vamos respondiendo a los ambientes en que nos toca vivir. La pandemia nos ha dejado un gran aprendizaje de miedo a lo desconocido, pero también, secuelas con las que continuamos lidiando. Una de ellas es la presencia de ansiedad sin motivo aparente.

La conocida frase “otros tiempos fueron mejores” hoy tiene sentido. Si bien los peligros siempre han existido, nunca como ahora. Sabemos a qué hora salimos de nuestros hogares, pero no si vamos a regresar; las desapariciones forzosas nos mantienen en una vigilia constante; como nunca, el ruido de una motocicleta nos paraliza o un temblor nos invade; ver una camioneta con vidrios polarizados es motivo de sobresalto, y la lista pudiera seguir.

Lo grave de un padecimiento como la ansiedad asociada a la inseguridad es la recurrencia a medicamentos psiquiátricos, cuya ingesta prolongada puede comprometer otros órganos importantes. Cuidarnos es responsabilidad de todas y todos, pero alguien en tema de seguridad no está haciendo bien su trabajo. ¡Exijámoslo!