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Vibrante despedida



AGUSTÍN BENÍTEZ OCHOA


Miércoles 04 de Septiembre de 2024 8:55 am


El presidente López Obrador presentó su sexto y último informe de Gobierno el pasado 1 de septiembre, y lo hizo, fiel a sus costumbres, de cara al pueblo. De manera inédita, leyó su texto en la Plaza de la Constitución de la Ciudad de México. Y despertó alegrías, tristezas, lágrimas, risas y alguno que otro sentimiento.

Se trató de una primera despedida formal de sus seguidores, y éstos, los verdaderos acompañantes del presidente, recordaron otras reuniones y marchas donde, literalmente, lo siguieron y lo acompañaron en el largo camino de la perseverancia.

Aquellos que alguna vez marcharon junto a López Obrador sintieron y vivieron en carne propia las amenazas, los desprecios, las injurias, la discriminación y el clasismo en su apabullante expresión de desprecio social. Pero también tuvieron el privilegio de sentir y vivir el orgullo, la resiliencia, la empatía social, la tozudez del líder, la pertenencia al conglomerado nacional y la euforia por ser parte de la Historia.

La marcha del desafuero, quizá la mayor muestra de solidaridad política exhibida en muchas décadas en este país manifestó la indignación, socializó el agravio y se convirtió en la graduación política de cientos de miles de jóvenes hombres y mujeres luchando exasperados contra la humillación y la injusticia.

Ése fue el hombre que se presentó el domingo en el Zócalo capitalino y habló de cómo se combatió la corrupción en su periodo de Gobierno; de la forma en que se obligó a los empresarios acostumbrados al disimulo de las autoridades a cumplir con el pago de sus impuestos; de la casi total desaparición del huachicol, ese emblema de la inmundicia social; de los héroes migrantes, y de cómo se utilizaron los recursos obtenidos en la construcción de una diversidad de obras de infraestructura en apoyo a las personas económicamente débiles, sobre todo en las zonas del país antes olvidadas.

Habló también de los programas para recuperar las grandes empresas públicas, sobre todo las relacionadas con la producción de energía. Se mencionaron los apoyos sociales a las clases populares, a los jóvenes y a los adultos mayores. Los temas de soberanía, política exterior y recuperación de salarios fueron también mencionados con claridad. Destaca el nuevo discurso en el que la gente entiende el lenguaje del orador. Se está acabando con la perniciosa costumbre del hablar para los supuestos intelectuales y grandes analistas.

Se habló antes de una primera despedida. Falta presenciar la ceremonia del 15 de septiembre. El Grito de Independencia. Tal vez esa noche será la despedida popular del presidente López Obrador. Habrá que ver.

Claro, no todo lo planeado al principio del sexenio se logró. Y en algunos aspectos existe insatisfacción social. Pero eso no disminuye ni desmerece lo alcanzado en este Gobierno.

Obviamente, no faltarán las críticas de los odiadores profesionales, de aquellos cuya única función en la vida se ha vuelto manifestar odio y rencor hacia AMLO, la 4T y todo lo relacionado con el tema. Ya no les importa la verdad, lo válido e indiscutible es la calumnia, la difamación y la injuria.

Si existiera un índice para medir el encono México tendría la ansiada medalla de oro.

 

abtezok@gmail.com