Cargando



¿De qué mueren los mexicanos?



DAVID VILLARREAL ADALID


Viernes 06 de Septiembre de 2024 1:48 pm


En un país tan vasto como lo es México, y siendo actualmente el décimo país más poblado del mundo con 127 millones de personas, la muerte es parte ineludible de la realidad diaria.

Entender de qué mueren las y los mexicanos es un tema esencial, no solo para el campo de la salud, sino para el campo de la política pública. Las causas de muerte reflejan diversos factores como las condiciones de vida, acceso a servicios de salud, e incluso desigualdades económicas y sociales persistentes en distintas regiones a lo largo del país.

Ayer, 5 de septiembre del año 2024, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía publicó los datos preliminares acerca de defunciones registradas en México durante el primer trimestre del año en curso, los cuales nos ofrecen una mirada reveladora. En ese periodo, se registraron 212 mil 404 defunciones, con una tasa de 163.7 muertes por cada 100 mil habitantes, una cifra ligeramente superior al mismo periodo del año pasado.

Las principales causas de muerte a nivel nacional fueron las siguientes: enfermedades del corazón, diabetes mellitus, tumores malignos, influenza y neumonía y enfermedades del hígado. Es un hecho notable que estas enfermedades obedecen a factores socioeconómicos y de accesibilidad a los servicios de salud, lo que subraya la importancia de fortalecer la infraestructura sanitaria, así como las políticas preventivas.

El análisis por género y edad revela datos en extremo interesantes: los hombres representan 55.5 por ciento de las defunciones, mientras que las mujeres representan 44.5 por ciento. Las tasas más altas de mortalidad se concentran en personas mayores de 64 años, con 59.6 por ciento del total de fallecimientos. Este patrón es claramente un reflejo de condiciones de salud crónicas, y dado que las perspectivas de las economías en desarrollo son que las poblaciones envejezcan en las próximas décadas, será un gran desafío a tener en cuenta en materia política y económica, en aras de un sistema de salud robusto y preventivo.

Estas estadísticas obligan a reflexionar sobre la necesidad de una política económica integral que no solo se enfoque en el crecimiento y el desarrollo, sino que contemple de igual forma la reducción de las desigualdades en salud.

La promoción de la salud pública y de la infraestructura hospitalaria, especialmente en regiones marginadas del país, son imperativos para cambiar las tendencias de mortalidad.