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Displicencia política



JOSÉ LUIS NEGRETE ÁVALOS


Jueves 12 de Septiembre de 2024 8:45 am


Durante esta semana, previo a los festejos de la Independencia de México, donde se remarcan notablemente los valores patrios, los acontecimientos recuerdan la insistencia por formar una nación donde los ideales de libertad y justicia estuvieran presentes al paso del tiempo, a pesar de las dificultades o circunstancias que pudieran generarse inevitablemente en ese transcurso.

Los ideales de libertad y justicia se encuentran anclados a la lucha por un panorama democrático, cimentado sobre la división de poderes: Ejecutivo, Legislativo, y por supuesto, el Judicial, que desde la misma Constitución de 1917, promulgada por Venustiano Carranza, aseguraba contrapesos en las decisiones.

Lo sucedido, tanto en la Cámara de Diputados como la de Senadores respecto a la reforma del Poder Judicial, prevé una pregunta inmediata: ¿estamos frente a la decadencia de esa división de Poderes?

Es factible considerar la situación, que se vuelve prácticamente una realidad insostenible, ante la definición y aprobación de esta reforma, referente a las limitaciones ante los excesos posibles de la votación popular de jueces y magistrados. Se encuentra además, el factor de la inexperiencia, de la supeditación de decisiones a los intereses derivados de entornos y actores diversos.

Esa diversidad malentendida puede arrastrar paulatinamente a la falta de protección de los grupos sociales, principalmente de aquellos denominados prioritarios, entre los que se encuentran las personas en condición de discapacidad, dejando en claro que el esfuerzo y avance realizado durante años en cuanto a los Derechos Humanos de este sector se refiere, se pierdan.

Los derechos promovidos a través de las leyes nacionales se armonizan en los aspectos que señalan los tratados internacionales firmados por nuestro país; sobre todo en lo concerniente a la impartición de justicia y el derecho por persona, siendo afectado el terreno jurídico y la realidad cotidiana de los individuos que forman parte de este colectivo.

En conclusión, el panorama que se prevé para el futuro hacia el fundamento del equilibrio puede estar vulnerado, no del todo a primera vista, pero sí como un antecedente que avanza a prisa, mucho más que los anhelos democráticos que una vez se idealizaron con la división de Poderes.